La omnipresencia de la web como plataforma de venta esencial y el increíble aumento de los smartphones como herramienta de comunicación han cambiado los modelos de negocio del sector minorista. Ahora, el cliente espera poder cambiar indistintamente de canal, por ejemplo, comprar vía web, devolver una compra online a una tienda física, comprobar la disponibilidad de stock y reservar un artículo en tienda.
Los grandes comercios han sabido verlo y, si se quiere competir con ellos, un minorista necesita sistemas de visualización de las existencias online y en tiempo real. Debe conocer el stock de sus tiendas y almacenes, e identificar rápidamente la forma más práctica de llevar el artículo al cliente al menor coste y plazo posibles. Una base de datos que permita consultar los niveles de stock en tiempo real mejora las ventas web, el reabastecimiento en tienda, los pagos, las devoluciones y el flujo de caja.
El minorista está preparado para vender, no para gestionar las devoluciones. La identificación manual de los productos devueltos puede ser un punto de congestión si éstos aumentan (actualmente suponen un 33% de las ventas). La tecnología de visión, por ejemplo, puede ser de gran ayuda pues es capaz de automatizar la gestión de gran cantidad de devoluciones. Las soluciones de pago móvil serán habituales en la gestión de devoluciones, pues permiten alinear el flujo de caja con la gestión real del stock. El cobro a domicilio, combinando el pago con la entrega o el abono con la recogida, facilitado por los sistemas móviles que usan ya los operadores logísticos, son ejemplos de esta tendencia.
En un entorno donde los volúmenes de venta no se incrementan, es importante encontrar indicadores de rendimiento fiables. Por lo tanto, muchos comerciantes buscarán racionalizar sus gamas de productos existentes y centrarse en los más rentables.
Racionalizar el stock también significa una mayor polaridad entre los tipos de artículos ofrecidos. De hecho, se espera una mayor demanda de productos de muy bajo precio y de productos de gran lujo, y menor demanda para los artículos medios. La competición a alto nivel pasa por prestar atención a la reducción de gastos. Además de racionalizar, es posible reducir costes recortando el stock almacenado. Técnicas como el flujo tenso o cross-docking, que reducen el coste de manipulación de productos y los tiempos de entrega, serán más habituales.