Sorprende saber que a casi un tercio (31%) de los directivos de las compañías les preocupa que las nuevas tecnologías, y no las necesidades empresariales, dicten la dirección de sus organizaciones en el futuro y el modo en el que estas se gestionan . Asimismo, un 37% cree que antes del 2020 no serán capaces de mantener actualizada la tecnología y, en consecuencia, perderán su ventaja competitiva.
Los CEO no deben considerarse prisioneros de la tecnología: deben disponer de la experiencia y herramientas adecuadas para maximizar su uso en la implementación de procesos optimizados, que permitirán una reacción más rápida a las necesidades de los clientes, fomentarán la transmisión del conocimiento entre los empleados y garantizarán una estructura empresarial ágil y flexible. Pero, ¿cómo pueden los CEO asegurarse de que la tecnología satisfaga las necesidades de su organización en el futuro? Empezar por el lugar adecuado: Analice el camino por el que transita la información empresarial crítica antes de convertirse en conocimiento y añadir valor al negocio. La información es uno de los principales activos de las compañías, proporciona la ventaja competitiva y define el propósito y el enfoque de una organización. Los empleados deberían poder acceder a la información adecuada con la máxima rapidez para apoyar su actividad principal. Desafiar la norma para detectar los obstáculos: Evalúe la eficiencia de los principales procesos desafiando la “forma tradicional de hacer las cosas”. No cabe duda de que los procesos fueron eficientes en el momento en el que se implementaron pero, ¿satisfacen las necesidades empresariales en el entorno del Big Data actual? Cuestionar el statu quo permitirá a las organizaciones detectar los cuellos de botella que afectan a la agilidad empresarial. No perder de vista el objetivo: El lugar de trabajo seguirá cambiando, pero si se han optimizado los principales procesos empresariales y se realizan auditorías regularmente para identificar nuevos ámbitos de optimización, la organización puede mantener sólidamente su enfoque hacia la consecución de los objetivos empresariales. El resultado final muestra que los procesos empresariales son determinados por las necesidades del negocio, no por un proceso tecnológico. Las organizaciones que triunfarán en el futuro serán aquellas que aborden el cambio, implementen con éxito las ventajas de la innovación tecnológica y garanticen la optimización para mejorar su infraestructura de información futura y obtener un perfil competitivo.
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