Gestión de la factura electrónica

Alberto Redondo, director de Marketing y Canal de Seres

Publicado el 27 Oct 2011

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Vivimos en una sociedad tan tecnológica que, cada día que pasa, se implementan nuevas herramientas en las empresas e instituciones públicas para hacer su labor más fácil y productiva. Un ejemplo de estas transformaciones se da en el intercambio de documentos, donde el pasar del papel a electrónico logra agilizar la tradicional comunicación anclada en el pasado analógico. En el ámbito europeo, esta tendencia es más que palpable, y España no se queda atrás en este afán de renovación, sino al contrario, destaca por su esfuerzo en la adaptación a la sociedad tecnológica, que según la Comisión Europea, imperará en el año 2020 con el apagón del papel.

Uno de los estandartes de esta revolución digital, es buscar la modernización de los sistemas de tramitación documental con la implantación de la facturación electrónica, que hace posible que las compañías y administraciones públicas obtengan importantes beneficios al eliminar gastos de papel y envíos de documentos. La solución inmediata que brinda este proceso digital, se ve reflejada al eliminar ciertos procesos de facturación analógica que, en muchos casos, pueden resultar engorrosos.
Para el año 2020, dentro de la agenda digital para Europa, se quiere que todos los papeles que gestionen las empresas e instituciones deban tramitarse en formato digital, esta apuesta por la innovación tecnológica logrará mejorar a corto plazo las comunicaciones, aportando un gran beneficio a todos sus participantes.
El camino está marcado aunque hay que estar alertas de que el paso a la factura electrónica no es trivial. La convivencia de la factura en papel con la electrónica es muy clara en algunos entornos empresariales, sobre todo, en las comunicaciones entre pymes, donde unas son capaces de gestionar la documentación digital y otras no, y la multiplicidad de formatos de factura electrónica hacen que su plena implantación se complique un poco más. Por tanto, es necesario, para sortear estos problemas, evaluar la gestión de la facturación de las organizaciones, detectar los puntos flacos, y que las empresas que proporcionan soluciones de factura electrónica, las ayuden en el tránsito del mundo analógico al digital.
Por ello, es importante reiterar que la implantación de la e-factura en las actividades cotidianas de una empresa es una necesidad acuciante, ya que este tipo de comunicaciones no son simples trámites burocráticos, pues tienen una importancia capital en la gestión corporativa. Actualmente, las tendencias empresariales se dirigen hacia la plena digitalización de sus procesos administrativos. El uso de la factura digital suma rentabilidad a los intercambios documentales, ya que permite consultar, imprimir, descargar y almacenar online todas las facturas que genera una empresa o institución, junto con las de sus clientes y proveedores, reduciendo así costes y optimizando su uso.
Las compañías, progresivamente, están poniendo en marcha una gestión innovadora que propicia la asimilación automática de las comunicaciones electrónicas, algo que favorece positivamente la imagen externa de las empresas. Con ello, el camino hasta la consecución de la burocracia digital se acorta, y, gracias a ella, se dibuja un prometedor futuro para las comunicaciones empresariales.

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