Hace algunos años realizar una videoconferencia requería de un gran aparataje pero la evolución de la tecnología con softwares como Skype ha contribuido a popularizar los sistemas de videocolaboración. Los viajes de negocios ocupan el tercer lugar en los gastos de las empresas en España con unos 18.000 millones de euros. Los estudios de consultoras internacionales indican que las videoconferencias recortan los viajes un 30%, por lo que podrían facilitar a las empresas españolas el ahorro de 4.500 millones de euros.
Según el Global Study: the benefits and barriers to video collaboration adoption de la Consultora Ipsus Mori, que analiza la percepción de las tecnologías de colaboración de vídeo en el ámbito empresarial, el 90% de los usuarios consideran que las videoconferencias permiten ahorrar al menos 2 horas de trabajo por semana y el 71% las valora positivamente a la hora de conciliar vida laboral y personal, además de ahorrar costes y mejorar la productividad. Para el 2011 el mercado prevé alcanzar 3.242 millones de dólares, un 28% más que en el 2010, por lo que empresas que como Fibratel implantan y mantienen estos servicios están cada vez más interesadas en ofrecer soluciones innovadoras. El fenómeno expansivo de la tecnología IP ha permitido una fuerte bajada de precios y un mayor acceso a este tipo de herramientas. Se comenzó con videoconferencias punto a punto y al día de hoy la tecnología ha avanzado hacia la telepresencia: la persona que está lejos se encontrará en el lugar de la mesa que le corresponde gracias a cámaras y pantallas holográficas. La nanotecnología es protagonista de los materiales necesarios: cables especiales de transferencia de datos, líneas digitales con ancho de banda adecuado, minicámaras y proyectores diseñados específicamente. La telepresencia es un adelanto espectacular para la industria de la comunicación en la rama de la realidad virtual y proporciona una experiencia donde la sensación de presencia es prácticamente real. La realidad virtual está en fase de consolidación y en un futuro asistiremos a la transformación de las paredes de las oficinas en dispositivos de vídeo de alta definición creando con ello una ventana virtual en localizaciones remotas. Además, tal y como sucede con casi toda la innovación tecnológica, se extenderá al ámbito educativo, gestión financiera, procesos judiciales…y por supuesto a nuestros hogares.
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