Tecnología “Made in China” no a cualquier precio

Alex Makow, director general para España y Portugal de AsiaInspection

Publicado el 30 Ago 2010

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Apple, HP, Dell o Nokia son algunos de los gigantes que han encontrado en China el paraíso desde el que importar sus productos. El binomio “buena mano de obra a coste de producción bajo” es la clave de ello. Sin embargo, las últimas oleadas de suicidios y manifestaciones entre los trabajadores asiáticos por las malas condiciones laborales que sufren pueden hacer que la hasta ahora conocida como “fábrica del mundo” deje de serlo.
Subcontratar en China significa lanzar al mercado productos como pantallas de plasma, portátiles o dispositivos móviles hasta un 30% más baratos que si se encargan en otro punto geográfico. Pero mientras que en Occidente las marcas aumentan sus beneficios en el país ensamblador por excelencia sus trabajadores pagan un precio mucho mayor: el de las pésimas condiciones laborales en las que trabajan y que últimamente les ha llevado a una decena de ellos a quitarse la vida.
¿La razón? Precisamente eso, no tener vida. Trabajan una media de 60 horas semanales con una hora de descanso para comer y un día libre a la semana a cambio de unos 80 euros. Además teniendo en cuenta que cerca del 80% de las empresas privadas chinas violan los derechos laborales de sus empleados e incluso los emplean sin contrato – y que esto se produce en el país con mayor población activa del mundo con cerca de 800 millones de personas- , no es de extrañar el interés demostrado por los importadores por cambiar esta situación, poner en práctica las enseñanzas a seguir en lo que a Responsabilidad Social Corporativa se refiere y proteger la imagen de su marca. Y más tras los recientes suicidios en Foxconn o Hon Hai, fabricantes que trabajan para Apple, Microsoft, Dell o HP.
Así en el caso de estos últimos escándalos se ha provocado una subida de hasta un 64% en los salarios de los trabajadores de Foxconn llegando a los 2.000 yuanes (unos 290 dólares mensuales). Por otra lado, los importadores también están promocionando Auditorias de Responsabilidad Social – que siguen las normativas ISO 9000 y SA 8000- con las que asegurar la viabilidad de su inversión económica al comprobar que NO se abusen de menores, haya trabajos forzados, exista un entorno laboral seguro y saludable para los empleados, libertad de asociación y derecho de negociación colectiva, horario laboral o remuneración según los convenios. También están aumentando, y mucho, las inspecciones de calidad en las fábricas. Con ellas los importadores evitan sorpresas tan desagradables como el hecho de recibir productos que en nada se parecen a los que un buen día contrataron. Y es que las auditorias de un tipo u otro persiguen que los fabricantes chinos entiendan que la calidad no es una opción, sino una obligación competitiva.

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