La compañía estadounidense ha anunciado que despedirá entre 10.000 y 13.000 trabajadores, principalmente en Europa. Esta reducción de personal responde a la inesperada caída en los resultados de su último trimestre fiscal debido, tal y como indica la compañía, a los márgenes y ventas “decepcionantes” obtenidos en mercados europeos clave y en Japón, junto a su fracaso en asegurar contratos estratégico. Estos despidos reportará a la compañía entre 1.000 y 1.300 millones de euros antes de impuestos. Todo ello con el objetivo de ajustar su estructura de costes y hacer frente a la débil subida de sus ingresos y beneficios, con lo que intentará concentrarse en mercados de alto crecimiento y acrecentar sus operaciones en nuevas áreas de consultoría y servicios para negocios [Las ganancias de la compañía se elevaron hasta los 85 centavos por acción, pero muy lejos de los 90 centavos que esperaban los analistas de Wall Street encuestados por la firma especializada First Call. los beneficios netos de la compañía en el 1Q05 ascendieron a 1.402 millones de dólares, frente a los 1.363 millones de dólares del mismo período de 2004.].
La política de despidos que ya inició la compañía hace unos años parece no cesar, esta vez perderán su trabajo entre un 3 y un 4% de su fuerza laboral mundial. Del verano de 2002 data la regulación de empleo más importante abordada por la compañía en los últimos años. En total dejaron sus puestos por aquellas fechas 15.600 personas, sobre todo de EE.UU. Ian Wesley, director de investigación de Ovum, comenta que la oficina central de IBM en EMEA, situada en París, podría ser la que se viera más perjudicada por el plan de reestructuración de la compañía a causa de los costes elevados que le supone al gigante azul la ubicación de su sede en esta ciudad.
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