Los problemas que aparecen al implantar esta infraestructura se derivan de la necesidad de controlar a quienes pueden utilizar los recursos del usuario. D-Link ha presentado recientemente este pequeño dispositivo de red, cuya función consiste en autenticar, autorizar y registrar los accesos a la red propia desde la parte inalámbrica.
El aparato apenas integra tres puertos Ethernet, que se encargan de separar la red en tres segmentos: autenticado, sin autenticar y remoto. A partir de este momento, dirige el tráfico controlando los accesos en función de los parámetros establecidos. Es posible conocer los usuarios que entran utilizando servidores Radius, LDAP o, incluso, a través de sus cuentas de correo electrónico. En este sentido, el producto es extremadamente completo y permite definir IP, MAC, así como disponer de una web propia donde los usuarios puedan probar su autenticidad de forma local. Asume varias cuentas de invitados, dando la posibilidad de limitar su acceso en tiempo o en subredes accedidas. También será posible controlar el ancho de banda consumido. Sin embargo acusa la carencia de que no existe control del ancho de banda de los usuarios no autenticados.
Cuenta además con una zona desmilitarizada, servidores virtuales, áreas de acceso libre y control de la seguridad y rutas.