Según el Informe Pyme España 2018, elaborado por Cepyme, todas las pymes españolas tienen un nivel básico de digitalización: solo el 19,7% cuentan con una plataforma e-commerce, y en torno al 40% tienen presencia activa en redes sociales. La patronal Ametic sostiene que el despliegue y la adecuada financiación de las infraestructuras de I+D y de la conectividad, junto con la formación de los profesionales digitales, son asignaturas mucho más urgentes para reducir la desigualdad, y mejorar la prosperidad, que otras formas de minimizar la brecha digital.
Una de las medidas que propone esta asociación TIC es la creación de un Plan Nacional de apoyo a la competitividad de las pymes mediante la digitalización, que incorpore medidas para la formación, ventajas fiscales, apoyos financieros al diseño e implementación de planes de transformación digital. También, la utilización de mecanismos digitales en la relación cotidiana de las pequeñas empresas con las administraciones. Para ello, “hay que redoblar con urgencia sus esfuerzos en I+D en Europa y en España, frente a las inversiones de otros países y continentes”.
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Múltiples ventajas de la digitalización
Pese a que las pequeñas y medianas empresas siguen teniendo claras las múltiples ventajas que aporta la digitalización de sus procesos y operaciones, lo cierto es que este tipo de organizaciones siguen presentando un importante retraso en este sentido, respecto a las empresas de mayor tamaño. Aunque, hemos experimentado un avance importante, especialmente respecto al uso de la tecnología orientada a la gestión de procesos, el ritmo al que se avanza sigue siendo demasiado lento y, lo que es peor, poco eficiente.
Para reducir esta brecha digital, Isabel Pomar, CEO de Datisa, propone en primer término, “cambiar la cultura de la pyme con respecto a la tecnología”. A pesar de que las pequeñas y medianas empresas tienen, más o menos claro, lo que quieren, no acaban de identificar qué soluciones son las más adecuadas para alcanzar los objetivos propuestos. Esto significa que, lo que muchas pymes entienden por implantar tecnología para impulsar la digitalización de sus procesos no tiene nada que ver con hacer que lo digital permita optimizar sus modelos de negocio, ni mucho menos, desarrollar nuevos modelos que les ayuden a identificar nuevas oportunidades. “Modernizar una web o ser más activos en las redes sociales -aun pudiendo ser muy beneficioso- no significa que la organización tenga clara su estrategia digital”, asegura la directiva.
En segundo lugar, la formación se erige como la vía imprescindible para adquirir o mejorar las capacidades y habilidades digitales necesarias para hacer que el ritmo del cambio sea mayor. Pasó con Internet y sigue pasando -aunque en menor medida- con la nube, que muchas organizaciones fueron reticentes a utilizar esta tecnología, especialmente, por desconocimiento respecto a su seguridad o, incluso, a la pérdida de control. Sin embargo, “las campañas informativas que se han ido poniendo en marcha desde los distintos agentes que conforman la cadena de valor, la intensa formación que se ha implementado y la comprobación práctica de las ventajas que aportan, han sido las palancas que han impulsado su interiorización, no solo en el ecosistema pyme”, confirma Isabel Pomar.
La tercera clave consiste en buscar nuevas formas de financiación, para dejar de depender tanto de las fuentes de financiación convencionales. En este sentido, optimizar la gestión financiera del negocio con soluciones tecnológicas específicas permitirá construir un sistema financiero alrededor de los datos y, con ello, mejorar el rendimiento al minimizar los riesgos y mejorar el control sobre la liquidez y la tesorería.
Brotes verdes digitales
Pero hay brotes verdes digitales, las pymes españolas ya sitúan el software en el centro de su estrategia de negocio, según asegura la plataforma Yeeply: “El tipo de proyecto que más demanda la pyme española para avanzar en sus procesos de transformación digital responde a dos tipos de necesidad: optimizar un proceso interno, a menudo mecánico y repetitivo, donde el trabajador no aporta valor real y se convierte por tanto en un coste; o para brindar una mejor experiencia de usuario al cliente a través de interacciones digitales innovadoras”.
“La pyme ha pasado del ‘tengo que estar en Internet’ a situar el software en el centro de su estrategia de negocio”, asegura Luis Picurelli, CEO y fundador de Yeeply. “Sin duda, la irrupción de las startups ha puesto las pilas a empresas más tradicionales que han visto cómo estas nuevas compañías de base tecnológica y reciente creación, pese a no tener tanta trayectoria o conocimiento del sector, les comen mercado en el terreno digital”, resume Picurelli.
En esta misma línea positiva trabaja IDC Research España, para quien los aceleradores de innovación de tercera plataforma son claves a la hora de habilitar la incorporación de tecnología necesaria para acometer el proceso de digitalización y esto ya lo han entendido el 62% de las empresas españolas. Las pymes no escapan a esta tendencia y según los datos ofrecidos en su evento IDC Innovation Tech 2019, las organizaciones que no han empezado su transformación digital han pasado de un 21% a un 9%. El dato más significativo del encuentro es que en los próximos dos años, el 30% de las empresas utilizará tecnologías conversacionales para incrementar el engagement del cliente. “Entre las prioridades actuales de los CIO hemos encontrado que mejorar la interacción con el cliente a través de experiencias digitales es vital para el 34%”, declara Cano.
KH Vives, caso de éxito en automoción
Tras 20 años de actividad, KH Vives pensó que era el momento de dar un salto cualitativo en la automatización de sus procesos de fabricación. “Los objetivos eran consolidar nuestro desarrollo, optimizar la eficiencia operativa y agilizar la gestión gracias al análisis predictivo”, explica Javier González, Director Ejecutivo de KH Vives.
La pyme, ubicada junto a la factoría de Ford España en el Parque Industrial Juan Carlos I de Almussafes (Valencia), recurrió entonces a Nunsys para llevar a cabo un plan integral de transformación digital de dos años. La propuesta se basó en tres ejes de acción: simplificar el mapa de aplicaciones y software que utilizaban, optimizar los procesos de la planta de producción para mejorar su eficiencia y transmitir la cultura digital al equipo a través de formación experiencial.
La implementación de las soluciones propuestas por Nunsys se ha traducido en mejoras palpables: la maquinaria y equipos de producción están monitorizados 24/7 y sus posibles incidencias se gestionan en remoto; los inventarios en almacén se actualizan en tiempo real; se han eliminado una docena de procesos de gestión de información y se ha automatizado la asignación de tareas al personal técnico.