Ya no caben excusas, ni siquiera para los partners más pequeños. La aventura exterior resulta ahora necesaria si se quiere sobrevivir en una coyuntura tan adversa como la que vivimos. Todos los fabricantes sin excepción, la mayor parte de los mayoristas y los grandes integradores ya están externalizando muchos de sus proyectos y poniendo sus miras en el negocio internacional como fórmula para seguir creciendo o al menos manteniendo sus cifras. Latinoamérica continúa siendo el principal mercado, máxime ahora cuando todos los países están experimentando crecimientos razonables en comparación con los descensos del resto de países europeos.
Los grandes partners del mercado, con Indra a la cabeza, han desarrollado agresivas estrategias de expansión en el continente que incluye la adquisición de firmas ya asentadas y de reconocido prestigio. África también se está convirtiendo en un destino muy atractivo sobre todo Marruecos, que ya acumula el 52% de las inversiones en el continente. Y es que la buena dinámica económica del reino alauí, con un crecimiento anual medio del 5% en los últimos diez años, y la labor desarrollada por el Gobierno del país vecino han dado los frutos apetecidos y ya se ha convertido en uno de los destinos favoritos de inversión para las empresas españolas.
Estas buenas noticias no son todavía trasladables al entorno de la pyme donde aún no se ha percatado de la necesidad de exportar sus ideas y productos al extranjero. Después de quince años de crecimiento económico ininterrumpido, el estallido de la crisis ha pillado desprevenidas a muchas de estas empresas que nunca han contado con un plan de expansión internacional y ahora se muestran interesadas en ver las posibles opciones. Con todo, muchas de estas pequeñas organizaciones deben contar con el apoyo y coordinación de las respectivas Administraciones central, autonómicas y locales si quieren afrontar a través de consorcios, alianzas o proyectos paneuropeos la salida al exterior.
Esta opción ha sido utilizada por los pequeños partners catalanes para poder presentarse a alguno de los concursos convocados por la Generalitat dirigidos a externalizar parte de sus funciones de tecnologías de la información y con reducir su presupuesto anual en TIC en más de 200 millones de euros. El Gobierno catalán persigue de esta forma primar las UTEs o alianzas de partners locales que de esta forma tienen la opción de competir en igualdad de condiciones con grandes multinacionales.