Según el último informe de Kantar, la presencia de SmartTVs en los hogares españoles se ha triplicado, pasando de estar en dos de cada diez hogares en 2017 a las casi dos terceras partes en la actualidad (63%). La aceleración de la transformación digital también se ha reflejado en los hogares y concretamente en las televisores, un dispositivo común en todas las casas que ahora se ha modernizado a marchas aceleradas.
No obstante, un vistazo a otras grandes economías europeas muestra que España está un poco más rezagada que otros países, como Italia o Reino Unido, que superan el 70% de hogares. Y ello, a pesar de que la cobertura de la banda ancha en los hogares españoles alcanza el 95% y la red de fibra es la más amplia de Europa, en torno al 80%. De hecho, los datos de Kantar Comtech para el primer trimestre de 2022 muestran que, en los principales mercados europeos, como Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y España, el 44% de los televisores tienen ahora un tamaño de 45 pulgadas o más. A pesar de la proliferación de múltiples pantallas (móvil, tablets u ordenadores), es que gran parte del visionado sigue siendo una experiencia compartida y con un deseo limitado de interactuar o tomar decisiones. El espectador busca la mejor experiencia posible.
El informe también pone en entredicho la adopción entre los consumidores de las innovaciones en formato, como las televisiones curvas o en 3D, por lo que la innovación debe dirigirse a hacer la experiencia lo mejor posible -que es donde se sitúa la televisión conectada- y situar la propuesta de valor en el contenido. Esto, además, afecta a futuras e hipotéticas innovaciones como la realidad aumentada o la realidad virtual, que requieren una experiencia más individual.