Los primeros recuentos y valoraciones de este Black Friday dejan entrever que la campaña de este año ha dejado menos ventas que la del pasado ejercicio. Y eso a pesar de que las expectativas eran altas, sobre todo en el ámbito del e-commerce. Un estudio de Celside Insurance, firma especializada en seguros para móviles, realizado por Ipsos Digital, constata un consumo menor al previsto: del 87% de consumidores que pensaba consumir en el Black Friday, finalmente se pasó al 80%.
En el ámbito de los productos tecnológicos, los accesorios, como webcams, altavoces o micrófonos, siguen siendo los que acumulan un mayor porcentaje de compra (29%); el smartphone, con un 25%, mantiene la segunda posición; y le siguen ordenadores y tablets, con un 12% y 11%, respectivamente.
Otro barómetro que muestra un Black Friday más flojo de lo esperado es el de las ventas registradas con tarjetas de crédito y terminales TPV. Según publica El Confidencial, atendiendo a datos de uso de tarjetas de CaixaBank, en la última semana de noviembre se produjo una significativa caída interanual de las ventas. En concreto, durante el viernes negro de este año se perdió casi un tercio de las ventas del comercio minorista en comparación con los registros de 2019.
Yendo más al detalle, las ventas presenciales registradas por el comercio minorista durante la semana del Black Friday fueron un 27% inferiores a las del mismo periodo del año anterior. Y durante todo el mes de noviembre la caída fue del 24%. Según El Confidencial, se trata del mayor descenso interanual de las ventas desde mediados de mayo, cuando empezaba a salir del duro confinamiento provocado por la pandemia de la Covid-19.