La semana pasada, el diario Cincodias adelantaba que la cadena de retail Worten, perteneciente al grupo portugués Sonae, se colocaba en causa de disolución. Esto significa que su patrimonio ha quedado reducido a una cantidad inferior a la mitad de la cifra de capital social. Así lo constataba un informe de auditoría de PwC relativo al primer semestre de 2019. PwC hablaba en ese informe de “incertidumbre material” y “dudas significativas” sobre la capacidad de la empresa para seguir operando.
Worten, según revela Cincodías, ha tenido pérdidas en los últimos años. En 2018 ascendieron a 26 millones de euros, que se sumaban a un acumulado de 320 millones de “ejercicios anteriores”. En 2019, la situación no cambio y de ahí el informe de PwC.
A finales de 2018, Worten aprobaba un plan de negocio para volver a beneficios antes de impuestos en 2021. Sin embargo, ese plan no ha pasado por los ojos del auditor, que finalmente colocó a la empresa en causa de disolución.
Pero Sonae finalmente ha salido al paso de esta información afirmando en una nota que continuará dando soporte a Worten a pesar de las pérdidas acumuladas en los últimos años. Worten, según el holding portugués, seguirá “manteniendo sus compromisos” en este país. La cadena de tiendas de electrodomésticos, electrónica e informática reconoce que ha cerrado 14 tiendas físicas sin viabilidad económica, y que lo ha hecho siempre para “mejorar su rentabilidad”.
Un mal comienzo de año
Hay que recordar que Worten contaba con 49 tiendas a finales de 2018, pero el año pasado clausuró 9 de ellas. En el pasado ejercicio también puso en marcha un ERE que afectó a 79 trabajadores. Además, la cadena ha empezado este año 2020 con más dosis de adelgazamiento. En concreto, cerró otras tres tiendas, en Leganés, la calle Bravo Murillo (en Madrid) y en Ponferrada (León). En un escueto comunicado, la compañía volvía a insistir en que los cierres respondían “al objetivo de avanzar en la mejora de la rentabilidad”.