Muchos trabajadores acceden a los datos de empresa desde sus dispositivos personales. Esa tendencia se ha reforzado desde hace unos meses, en que el teletrabajo se ha impuesto a nivel global. Y es un problema para las compañías, puesto que desborda el tradicional perímetro de seguridad y multiplica los puntos de ataque.
Un estudio de Trend Micro, para el que se han entrevistado a más de 13.000 trabajadores remotos de 27 países con el fin de averiguar más sobre los hábitos de la fuerza laboral distribuida durante la pandemia, revela que el 39% de los trabajadores utiliza dispositivos personales para acceder a los datos de la empresa, a menudo a través de servicios y aplicaciones alojados en la nube.
Estos smartphones, tabletas y portátiles personales pueden ser menos seguros que sus equivalentes corporativos y estar expuestos a apps y dispositivos de IoT vulnerables en la red doméstica. Por ejemplo, más de un tercio (36%) de los trabajadores remotos encuestados no tiene una protección básica con contraseña en todos los dispositivos personales.
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Falta de conciencia y necesidad de formación
La doctora Linda K. Kaye, experta en ciberpsicología, asegura que el hecho de que tantos trabajadores remotos utilicen dispositivos personales para acceder a los datos y servicios de la empresa sugiere que “puede haber una falta de concienciación sobre los riesgos de seguridad asociados a ello”. “Una formación personalizada en materia de ciberseguridad que reconozca la diversidad de los diferentes usuarios y sus niveles de concienciación y actitudes frente a los riesgos sería beneficiosa para ayudar a mitigar cualquier amenaza a la seguridad que pueda derivarse de estas cuestiones”.
Según pone de manifiesto el estudio, más de la mitad (52%) de los trabajadores remotos de todo el mundo tienen dispositivos de IoT conectados a su red doméstica, con un 10% utilizando marcas poco conocidas. Muchos de esos dispositivos -especialmente los de marcas más pequeñas- tienen debilidades bien documentadas, como vulnerabilidades de firmware no parcheadas e inicios de sesión inseguros. En teoría, estos dispositivos podrían permitir a los atacantes establecerse en la red doméstica y luego utilizar los dispositivos personales no protegidos como trampolín para entrar en las redes corporativas a las que están conectados.
El problema del IoT doméstico
Hay un riesgo adicional para las redes corporativas después del confinamiento si las infecciones de malware recogidas en casa son llevadas físicamente a la oficina a través de dispositivos personales BYOD no seguros. La investigación también revela que el 70% de los trabajadores remotos a nivel global conecta los portátiles corporativos a la red doméstica. Aunque es probable que estas máquinas estén mejor protegidas que los dispositivos personales, sigue habiendo un riesgo para los datos y sistemas corporativos si se permite a los usuarios instalar aplicaciones no aprobadas en estos dispositivos para acceder a los dispositivos IoT domésticos.
“IoT ha dotado de computación y conectividad a dispositivos simples, pero no necesariamente de las capacidades de seguridad adecuadas”, señala José de la Cruz, director técnico de Trend Micro Iberia. “En realidad podrían estar facilitando la vida de los hackers abriendo puertas traseras a través de las cuales podrían comprometer las redes corporativas. Esta amenaza se amplifica a medida que la era del teletrabajo masivo difumina las líneas entre los dispositivos privados y los de la empresa, poniendo en primera línea de fuego tanto los datos personales como los corporativos. Ahora más que nunca, es importante que los individuos asuman la responsabilidad de su ciberseguridad y que las organizaciones continúen educando a sus empleados en las mejores prácticas”.