El miércoles pasado, el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos prohibió a las agencias del Gobierno utilizar el software de seguridad de Kaspersky. Ese organismo teme que el Gobierno ruso pueda estar usando los antivirus de Kaspersky para hacer ciberespionaje. El veto todavía no entra en vigor inmediatamente, pero lo hará en el plazo de tres meses si Kaspersky no demuestra lo contrario.
A Washington le preocupa sobre todo una ley que permite al servicio de inteligencia rusa obtener información de Kaspersky o interceptar comunicaciones que fluyan por redes rusas, según ha publicado El País. Hasta media docena de agencias gubernamentales estadounidenses trabajan con software de Kaspersky. En menos de un mes deberán identificar el uso que hacen del mismo. Más adelante, en dos meses, tendrán que presentar planes para eliminarlo, y al tercer mes esos planes deberán estar ejecutados.
El movimiento de Estados Unidos llega después de una campaña presidencial enrarecida por la supuesta injerencia cibernética rusa en la misma, y que en teoría llevó al robo de correos del Partido Demócrata con el objeto de ayudar a Donald Trump a ganar las elecciones.
Fuentes de Kaspersky aseguraban a medios estadounidenses no tener ningún “lazo inapropiado” con ningún Gobierno. Esa misma explicación la daba el pasado viernes a los medios españoles el responsable local de la compañía, Alfonso Ramírez, en la presentación de las versiones 2018 de sus suites de seguridad para el hogar. Además, Ramírez decía que la medida “ha decepcionado” a su compañía, toda vez que el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU “no ha aportado pruebas evidentes de que hayamos ido contra nuestro código ético”. Asimismo, el directivo anunciaba que las autoridades estadounidenses darán la oportunidad de presentar alegaciones a Eugene Kaspersky, fundador y primer ejecutivo de la compañía de antivirus.
Defendió también Ramírez que Kaspersky colabora con organismos como Europol o Interpol, y reincidió en el hecho de que “nunca ha ayudado ni ayudará a ningún Gobierno a hacer ciberespionaje”. “Hacemos escudos, y no espadas”, fue la metáfora a la que recurrió Ramírez para defender la inocencia de Kaspersky. Por último, pidió a los Gobiernos que usen criterios tecnológicos y no geoestratégicos para elegir las soluciones con la que trabajan