El manido BYOD (bring your own device) es un fenómeno ya asentado en nuestra sociedad, de hecho, cerca del 70% de los usuarios que poseen un smartphone utilizan su dispositivo personal para acceder a los datos corporativos, según Ovum. Sin embargo, esta consultora alerta de que casi el 80% de la actividad BYOD actual está gestionada de forma inadecuada por los departamentos de TI, lo que implica que las empresas están corriendo el riesgo de perder esa información y, además, no pueden alegar que tomaron medidas preventivas para evitarlo.
En un estudio realizado sobre el comportamiento y las actitudes de los empleados que llevan a cabo esta práctica -en el que se tomaron como muestra más de 4.000 trabajadores-, la firma ha encontrado un elevado nivel de ignorancia por parte de los profesionales de TI acerca de esta tendencia. Casi la mitad de los encuestados no sabía nada de ella, llevando a cabo una política de “don´t ask, don´t tell”, mientras que un 8,1% se mostraba activamente preocupado por el tema. Llama la atención que los ratios de desconocimiento fueron significativamente mayores en las economías maduras, que tienen prácticas más rígidas de trabajo, como los de Europa continental, en comparación con las de en vías de desarrollos tales como Brasil, India y Sudáfrica.
“A pesar de las especulaciones, el BYOD está aquí para quedarse. Por lo tanto, es preocupante ver una proporción tan alta de empresas enterrando su cabeza en la arena cuando se trata de hacer una planificación adecuada sobre ello”, apunta Richard Absalom, analista senior de Ovum. “El BYOD multiplica el número de redes, aplicaciones y terminales a través de los cuales se accede a los datos. Estos son los tres puntos principales de vulnerabilidad. Así que, si se deja sin gestionar, provoca un riesgo enorme de seguridad”.
Por otra parte, una de las preguntas clave sobre las perspectivas de futuro de este fenómeno es si las empresas actualizan sus flotas de dispositivos corporativos apostando por terminales con pantalla táctil de gran tamaño – es decir, por soluciones que los empleados realmente quieren y que están comprando a través de los canales de consumo-, el efecto será neutralizado. A este particular, sin embargo, la compañía de investigación revela que mientras el 50% de los empleados aseguran que los problemas de privacidad se solventarían mediante un smartphone empresarial suministrado por la organización en cuestión. Para la otra mitad, un teléfono inteligente o una tableta corporativa no es un sustituto perfecto de un dispositivo personal, lo que seguirá dando impulso a la tendencia BYOD.
En sus pesquisas, Ovum también ha detectado una brecha entre las economías en vías de desarrollo y las maduras respecto a las actitudes de las empresas. “El influjo del BYOD en el mercado de las TI y de electrónica de consumo es grande y será mayor”, explica Absalom. “En general, estamos viendo un estímulo mayor del fenómeno en economías de alto crecimiento, tales como Sudáfrica, Brasil, India y las del sudeste de Tiger, que en las maduras, sobre todo de Europa occidental continental”.
“La forma de trabajar de la gente tendrá un profundo efecto en cómo el BYOD se extiende y se gestiona dentro de una organización. Por lo tanto, es imperativo que los departamentos de TI actúen rápidamente para desarrollar e implementar políticas claras que regulen esta tendencia que puede proporcionar una ventaja en términos de productividad y eficiencia, pero para ello será importante conseguir la combinación correcta de procesos, políticas, personas y gestión de la tecnología “, concluye Absalom.