Inteligencia artificial sí… pero ¿qué pasa con el empleo?

Jordi Ribas, vicepresidente corporativo de inteligencia artificial de Microsoft, se reúne con directivos de 300 corporaciones españolas para hablar de la transformación que va a traer a las empresas y a la sociedad este avance

Publicado el 14 Jun 2018

Jordi Ribas y Pilar López, de Microsoft.

El catalán Jordi Ribas dirige en la sede central de Microsoft en Estados Unidos a un equipo de 1.500 personas encargadas de innovar en el ámbito de la inteligencia artificial. Ribas ha pasado por Madrid para participar en un encuentro de la compañía de Azure con directivos del máximo nivel de 300 empresas nacionales entre las que han estado Telefónica, Banco Sabadell, Sanitas o Barceló, todas ellas interesadas en aplicar la potencia de los algoritmos a sus procesos de negocio para mejorar eficiencias y adelantarse a las necesidades de los clientes.

Ribas explicó en el foro que los algoritmos ya son capaces de reconocer imágenes y voces, comprender una lectura o hacer una traducción automática de un idioma foráneo de forma fiable. Ribas contó que en Estados Unidos los médicos, que hasta ahora se han pasado muchas horas de su tiempo documentado conversaciones, ahora pueden tenerlas de forma casi inmediata y además analizar en muy poco tiempo los datos esenciales de las mismas para llegar antes a un diagnóstico. Y eso es gracias a la inteligencia artificial.

Pero Ribas destacó que que la inteligencia artificial no sólo servirá a las empresas, sino también ayudará a la sociedad. Y lo ilustró con el caso de la ONG Baby Come Home, que gracias a la tecnología de reconocimiento de imágenes aplicada por un ingeniero de Microsoft, ha podido ayudar a padres chinos a encontrar a sus hijos desaparecidos. Se trata de un problema mayúsculo en el gigante asiático, donde 70.000 familias han perdido a alguno de sus vástagos.

“Como cualquier otra revolución”

Aunque la inteligencia artificial promete aumentos de productividad significativos, también se presenta como una devoradora de empleo que puede poner contra las cuerdas los sistemas de bienestar y el futuro de millones de personas. Jordi Ribas reconoció que, efectivamente, la IA provocará la desaparición de trabajos, “pero como cualquier otra revolución tecnológica”. “Hace 40 años se necesitaban 100 contables para hacer lo que hoy hace uno solo con la ayuda de un Excel”, explicó el vicepresidente corporativo de Microsoft.

Además, subrayó que muchas predicciones sobre pérdida de empleo son “exageradas”, como también son excesivas, en su opinión, las expectativas que hay sobre los propios algoritmos. “Las tareas más complejas siempre las van a hacer los seres humanos. La inteligencia artificial es un complemento. Lo seguro es que, en 5 o 10 años, nos hará más productivos a todos”.

“Lo seguro es que, en 5 o 10 años, la inteligencia artificial nos hará más productivos a todos”, dice Jordi Ribas

Pilar López, presidenta de Microsoft España, recordó que la compañía de Windows tiene un código ético que le puede llevar incluso a desechar proyectos de inteligencia artificial que no sean seguros, que no respeten la privacidad de las personas o que no contemplen la inclusión social. Además, se mostró convencida de que se van a crear empleos nuevos y que los trabajadores se podrán librar de hacer actividades de menos valor para dedicar sus esfuerzos a otras tareas “más humanas”. Eso sí, los directivos de Microsoft avisaron de que será necesario un cambio cultural, formativo y de regulación. “Lo suyo es que todos tiremos para adelante”, fue la exhortación final de Ribas.

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