El comercio electrónico transfronterizo se ha multiplicado por 45 en la última década y se calcula que alcanzará los 2,7 billones de dólares en 2023. Por otro lado, sólo la relación de transferencia de datos entre Estados Unidos y Europa ronda los 7,1 billones de dólares. Estas son algunas conclusiones del informe Data Beyond Borders 3.0, en el que se analiza el papel de las economías del G20 hacia el flujo de datos transfronterizo, así como las recomendaciones para seguir beneficiándose de esta estrategia económica y política.
El análisis muestra que las economías del G20 han hecho progresos sustanciales para permitir los flujos de datos transfronterizos. Sin embargo, este progreso también expone una brecha económica entre los países que adoptan políticas de transferencia abierta de datos y los que no.
Cuando los datos se mueven de manera transfronteriza aumenta la competencia, mejoran las oportunidades de la población y empresas -incluyendo la creación de empleo y el intercambio de conocimientos- y repercuten positivamente en la economía general de un país.
Japón y Reino Unido lideran las economías del G20 en cuanto a la facilidad de los flujos de datos transfronterizos, seguidos de Australia, Singapur, y Estados Unidos. Rusia y China se sitúan en el extremo opuesto del espectro, debido a sus estrictos requisitos de localización de datos y a sus escasas facilidades normativas para los flujos de datos transfronterizos.
Argentina, Australia, Brasil, India, Indonesia y Arabia Saudí se encuentran entre las economías que más han mejorado desde el informe de 2021, al haber desarrollado o aplicado una legislación que promueve los flujos de datos transfronterizos.
“Las transferencias transfronterizas de datos permiten el éxito económico”, afirma al respecto Sassoon Grigorian, vicepresidente de Salesforce de asuntos públicos en APAC. “Si bien se ha avanzado en la gestión de los flujos de datos transfronterizos en las economías del G20 desde 2021, este informe muestra que las economías que realizan un esfuerzo para fomentar políticas y normativas de datos tienen más probabilidades de crecer y ser más competitivas”.