La compra de VMware, compañía de software de virtualización, por parte de Broadcom por 61.000 millones de dólares ha sido una de las noticias más sonadas del sector en los últimos meses. La venta de esta marca, que registra una cuota de mercado del 41,5%, está afectando a gran parte de los proveedores de servicios gestionados (MSP, por sus siglas en inglés) y conlleva cambios sustanciales en el sector.
Por ejemplo, afecta a las modificaciones de las licencias, a los ajustes del programa de canales y a la interrupción del programa de socios. Además, a la incertidumbre inherente al cambio, se han sumado numerosos malentendidos sobre algunas novedades en los productos de VMware.
Está claro que los MSP están siendo los primeros afectados de esta venta por dos motivos principales. En primer lugar porque, como parte de la transición de las licencias perpetuas a las nuevas ofertas de suscripción, la edición gratuita de VMware vSphere Hypervisor ha dejado de estar disponible, y no existe a día de hoy un producto de sustitución equivalente. Aunque la mayoría de los MSP utiliza la versión de pago, este cambio podría significar un fuerte aumento de los costes finales, ya que el producto ahora solo está disponible en un paquete con licencias de vSAN y VRealize. Esto implicaría duplicar o triplicar los costes, dependiendo de la situación.
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Fin del programa de canal de VMware
El segundo motivo es que Broadcom ha decidido poner fin al programa de canal de VMware, pasando un número indeterminado de socios a su “programa Advantage solo por invitación”. Al parecer, solo los socios que aporten ingresos de 500.000 dólares o más recibirán esa invitación. Y no solo eso, sino que Broadcom también ha decidido que solo los 2.000 mejores clientes de VMware pasen a ser directos, dejando al resto de socios desamparados.
Todo esto plantea una duda: ¿Broadcom es consciente del poder que tiene su canal para el sector? Según un informe de McKinsey, cada cliente de VMware se apoya de media en siete socios de confianza. Por tanto, muchos MSP reciben soporte de alta calidad de sus partners, y tener que tratar directamente con VMware tras este movimiento para obtener apoyo puede ser una opción mucho menos atractiva.
Todo esto plantea una duda: ¿Broadcom es consciente del poder que tiene su canal para el sector?
Estas dos circunstancias han provocado que muchos socios de la marca estén buscando activamente una alternativa. Según una investigación de Canalys, para 2026 la disrupción en el mercado llevará al 50% de las empresas a reevaluar sus necesidades de virtualización de servidores y a explorar otras tecnologías, frente al 10% en 2022. Pero… ¿Qué otras opciones tienen los MSP? ¿Es realmente realista cambiar?
Alternativas a VMware
Aunque cada situación requiere de soluciones personalizadas, existen dos opciones. Una, quedarse con VMware. De esta forma, no hace falta formar al personal ni cambiar nada de lo que ya funciona, pero sí habrá que estar preparado para invertir más recursos económicos. Esto podría traducirse en trasferir los costes al cliente o en un descenso de los beneficios. La otra opción, por supuesto, es cambiarse aprovechando este contexto incierto derivado de la compra de la marca.
Esta decisión implica aceptar los retos que plantea abandonar VMware y buscar alternativas. Una de ellas serían las soluciones empaquetadas de Nutanix, quienes están intentando atraer socios insatisfechos con este movimiento, pero ofreciendo servicios que podrían disparar los costes de las empresas. Por eso, otra opción muy extendida e inteligente es optar por alternativas de código abierta. Si una empresa asocia su hipervisor de código abierto con hardware circular, puede ampliarlo sin invertir demasiado dinero.
Aunque las soluciones de código abierto plantean múltiples retos y dudas, la actual situación de VMware es una razón sólida para empezar a investigar estas opciones
Para estas compañías que deciden abandonar el universo VMware de licencias de software empresarial, obviamente hay algunos obstáculos que superar. Herramientas como Proxmox se presentan como equivalentes funcionales, pero la realidad es que esto solo es aplicable a escenarios muy básicos y puede resultar decepcionante para las empresas acostumbradas a la sofisticación de las configuraciones de VMware. Por otro lado, OpenStack se presenta como un doble de VMware totalmente funcional, pero su filosofía “build-it-yourself” y “support-it-yourself” resulta un poco compleja y plantea una mentalidad un poco diferente de la compra habitual de licencias de software empresarial.
Ahora bien, si una empresa encuentra al proveedor adecuado, las ventajas son múltiples. Las alternativas comerciales de código abierto a VMware ofrecen asistencia profesional, a menudo a un precio mucho más asequible de lo que se acostumbra. Por ejemplo, actualmente en Ynvolve estamos probando nuestras soluciones circulares con Vates, un serio competidor.
En definitiva, aunque las soluciones de código abierto plantean múltiples retos y dudas, la actual situación de VMware es una razón sólida para empezar a investigar estas opciones. Encontrar el punto óptimo puede ser un poco más complicado que con una solución de software propietaria, pero una vez que lo encuentre, conseguir un precio más asequible y aumentar su independencia podrían compensar el cambio.