Un año después de anunciar una inversión de 3.800 millones de dólares para construir una planta de fabricación de chips en Alemania, el fabricante taiwanés de chips, TSMC se enfrenta a varios riesgos que podrían reducir la rentabilidad inicialmente proyectada. De acuerdo a fuentes de la compañía, los altos costes del mantenimiento, unido al número limitado de trabajadores y las posibles demandas de los sindicatos podrián alterar los planes previstos.
TSMC también está invirtiendo un total de 40.000 millones de dólares en una nueva planta de fabricación en el estado de Arizona, en Estados Unidos.
A pesar de ello, no parece que esta problemática le esté afectando especialmente, teniendo en cuenta que el pasado mes de mayo los ingresos del fabricante especializado en la fabricación de chips para terceros alcanzaron unos 6.600 millones de euros. Las ventas de los cinco primeros meses del año experimentaron un aumento interanual del 27% y se situaron ligeramente por debajo de los 32.000 millones de euros, por encima de la previsión para todo el año realizada en enero, que apuntaba a un crecimiento del 20-25%.
La compañía está destinando importantes inversiones dirigidas a incorporar tecnología de inteligencia artificial en sus procesadores. La compañía taiwanesa prevé que los chips avanzados para IA representen más del 10% de sus ingresos totales en 2024 y espera que alcancen el 20% en cuatro años.
