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El efecto 2038: una nueva amenaza informática mundial



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Millones de dispositivos digitales podrían fallar el 19 de enero de 2038 debido a un error conocido como efecto 2038. Según advierten expertos de UDIT, la solución pasa por actualizar sistemas antiguos de 32 bits a nuevas tecnologías de 64 bits 

Publicado el 14 mar 2025



El efecto 2038 amenaza con paralizar sistemas digitales en todo el mundo

El efecto 2038 comienza a preocupar a los expertos informáticos debido a que podría ocasionar fallos masivos en sistemas digitales en todo el mundo. El problema recuerda inevitablemente al efecto 2000, que generó inquietud global a finales del siglo pasado.

¿En qué consiste el efecto 2038?

El llamado efecto 2038 surge de un error en cómo ciertos sistemas informáticos gestionan el tiempo. Los dispositivos afectados son aquellos que utilizan contadores de tiempo de 32 bits, una tecnología que fue un estándar durante décadas. Estos contadores registran los segundos transcurridos desde el 1 de enero de 1970 y, debido a sus limitaciones técnicas, alcanzarán su capacidad máxima el 19 de enero de 2038.

Cuando eso ocurra, estos sistemas informáticos interpretarán erróneamente la fecha, reiniciándose automáticamente al 13 de diciembre de 1901. Este fallo podría provocar fallos en dispositivos electrónicos y sistemas operativos, especialmente aquellos basados en Unix, incluyendo ordenadores, servidores y redes críticas. 

¿Qué pasó con el efecto 2000?

El conocido efecto 2000 generó temor a nivel global, ya que se esperaba que los sistemas informáticos no pudiesen interpretar correctamente la transición al nuevo milenio. El origen del problema era la costumbre que habían adoptado los programadores de omitir la centuria en las fechas almacenadas (generalmente para economizar memoria), asumiendo que el software solo funcionaría durante los años cuyos números comenzaran con 19.

El miedo consistía a finales de los años 90 en que los sistemas informáticos volvieran al año 1900 con la vuelta de siglo y pudieran fallar y provocar el caos y graves daños de todo tipo en los países y en las empresas. Finalmente, al llegar el sábado 1 de enero del año 2000 solo se detectaron problemas menores, casi anécdotas, que no provocaron ningún daño humano, material o económico significativo.

Eso sí, previamente hubo grandes inversiones económicas y tecnológicas por parte de gobiernos y las empresas para prevenir problemas. A nivel mundial, se calcula que se invirtieron cerca de 214.000 millones de euros para evitar el temido efecto 2000. ​

Sin embargo, el efecto 2038 podría ser más difícil de solucionar debido a la mayor complejidad y dependencia actual de los sistemas informáticos. La transición no se limitará solo al hardware, sino que implicará revisiones profundas en algoritmos y software que regulan la gestión del tiempo en multitud de dispositivos críticos.

Posibles consecuencias del efecto 2038

Los sectores más sensibles al efecto 2038 son los que gestionan infraestructuras críticas, como la banca y servicios financieros, redes de telecomunicaciones, transporte aéreo, así como los sistemas de generación y distribución de energía. En todos estos ámbitos, un fallo masivo podría acarrear interrupciones significativas de los servicios esenciales.

La solución principal pasa por migrar los sistemas existentes de 32 bits a arquitecturas de 64 bits, capaces de gestionar el tiempo hasta unos 292.300 millones de años. Este proceso, aunque aparentemente simple desde el punto de vista técnico, representa un enorme desafío logístico y económico.

Según Sandra Garrido, experta en tecnología, la migración implica no solo un cambio de hardware, sino también una actualización profunda de los algoritmos informáticos. Será necesario que los desarrolladores adapten software y sistemas operativos para evitar futuros fallos críticos.

Las matemáticas, esenciales para evitar el colapso 

La solución al efecto 2038 pasa por el uso de conceptos matemáticos fundamentales, como la aritmética modular y la teoría de la representación numérica. Esto resalta cómo la informática y las matemáticas están profundamente conectadas, especialmente en el ámbito de la seguridad y eficiencia tecnológica. 

Desde UDIT avierten de que, aunque quedan años para alcanzar la fecha crítica, prepararse con anticipación es esencial para evitar una crisis tecnológica como la del efecto 2000. El mundo tecnológico deberá acelerar las soluciones para enfrentar el efecto 2038, un problema aparentemente lejano, pero cuya resolución es urgente. 

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