Es perceptible que Acens es una compañía de la nueva economía. El diseño de sus oficinas, la juventud y el carácter abierto y despreocupado de sus 60 empleados y la composición de su estructura accionarial son los propios de aquellas empresas que surgieron bajo la estela de Internet y del comercio electrónico hace tres o cuatro años y que parecían que se iban a comer el mundo. Sin embargo, como afirma Manuel Dios, director de marketing, Acens siempre estuvo en la retaguardia de Internet, en el lado menos atractivo de la Red. Eramos y somos el nexo de unión del mundo real y virtual. Hacemos posibles las puntocom, pero, a diferencia de ellas, somos una empresa que genera negocio, que se sostiene con cash flow y que aporta activos, añade.
Sin embargo, los orígenes fueron bastante humildes. En 1997 Rapidsite, una firma estadounidense de servicios de hosting, estableció una pequeña oficina comercial en España con el apoyo de unos cuantos socios españoles, comandados por Faustino Jiménez. Un comienzo bastante modesto 10 millones de pesetas de inversión y dos personas en un piso del centro de Madrid revendiendo unos servicios de hospedaje que se ofrecían desde Estados Unidos. Los años 97 y 98 fueron años de evangelización en los que había que explicar no sólo qué era el hospedaje, sino que era la Red, explica Dios, que no se incorporó a la compañía hasta 2000, procedente de Alcatel. Sin embargo, en los dos ejercicios siguientes la firma se benefició del boom de la nueva economía y despegó como un cohete -crecía a un ritmo del 30 por ciento mensual-. Ante esta euforia, la dirección se planteó a mediados de 2000 adquirir una infraestructura tecnológica propia. En ese momento Acens ya tenía unos 15.000 dominios y 6.000 páginas web alojadas en los servidores de Rapidsite al otro lado del Atlántico. Trasladar todo este negocio a España requirió una ambiciosa captación de fondos que concluyó con una ampliación de capital a la que acudieron JP Morgan, Société Générale, dos fondos de inversión españoles Aleph y Omega (donde participa Alicia Kopplowitz), y otro fondo italiano que antes había lanzado Tiscali. Asimismo, como Rapidsite había sido adquirido por Verio, ahora NTT/Verio también participa como socio capitalista. En estos momentos ninguno de las partes tiene más del 15 por ciento de la compañía, aclara Manuel Dios. En consecuencia, en septiembre de 2000 se produjo una inyección monetaria de 9 millones de euros que posibilitó que Acens dispusiera de un centro de datos de 4.500 metros cuadrados totalmente operativo en la localidad madrileña de Alcobendas al verano siguiente. Pasamos de ser una empresa muy centrada en el hosting para pymes con toda la infraestructura en EEUU a establecernos en España, lo que además nos posibilitaba ofrecer servicios de housing o servidores dedicados a grandes cuentas, algo muy difícil de dar desde otro país.
En la actualidad, Acens gestiona más de 30.000 dominios y 12.000 webs en servidores compartidos, y ya cuenta con varios cientos de clientes que recurren a un servidor en exclusiva o que van más allá y alquilan un rack o un espacio propio donde alojar sus propios sistemas (housing). Para controlar toda esta informática Acens cuenta con una plantilla de 60 personas, de las cuales más de la mitad son los técnicos que pueden realizar tareas que van desde dar de alta un servidor a crear un nuevo producto. El resto del equipo está conformado por personal comercial, de marketing y administrativo. Aunque está siendo un periodo de vacas flacas en el sector tecnológico, la compañía todavía mantiene un ritmo de crecimiento alto. Manuel Dios ve posible cerrar 2002 con un negocio adicional del 50 por ciento, lo que acercará la cifra de ingresos a los 6 millones de euros. A ello ha contribuido la adquisición que en junio de 2002 Acens hizo del negocio de housing y hosting de Aguas de Barcelona (Agbar), que atendía a clientes como La Caixa, Freixenet o Adeslas desde un pequeño centros de datos en Barcelona.
Muchas veces da la impresión que Internet y el canal de distribución están irremediablemente reñidos. En el caso de Acens las cosas son de otra manera. La firma de servicios recurre a una red de ventas de unas 450 compañías en toda España que le ayudan a captar y satisfacer a clientes interesados en el alojamiento compartido. La inmensa mayoría de estos distribuidores son firmas de diseño web que, una vez terminado su trabajo de construcción de la página del cliente, acuden a nosotros para alojarla. En muchos casos son distribuidores de informática que también se dedican al diseño de sites, asegura Manuel Dios. Estos agentes, que van desde agencias de publicidad a grandes consultoras, pasando por tiendas de informática y distribuidores de valor, tienen un precio preferente, un PVD, que, además, es un ingreso recurrente mensual. A este respecto, Manuel Dios asegura que, aunque depende de cada producto, el margen medio que obtienen los distribuidores son del entorno del 25 al 30 por ciento. En caso de que un cliente quiera housing, es el personal de Acens el que diseña con el cliente la solución más adecuada.
Además del distribuidor, Acens cuenta con otro tipo de colaborador el afiliado.Mientras que el distribuidor factura el servicio, gestiona con un panel de control propio las webs de los diferentes clientes y sirve como primer nivel de soporte ante las dudas e incidencias de los mismos, el afiliado actúa como prescriptor, es decir recomienda a un tercero el servicio que nosotros damos, aclara el director de marketing.