Los problemas en la recepción del ‘smartphone’ se han saldado con el despido de Mark Papermaster, el ingeniero por el que hace dos años se abrió una batalla legal entre Apple e IBM, ha sido sustituido por Bob Mansfield, que estaba al frente del equipo que desarrolla los ordenadores Macintosh. El ya conocido como “antennagate” oscureció el lanzamiento más exitoso de un producto de la marca de Apple, pero fue la negativa de Consumer Reports a recomendar la compra del iPhone 4 lo que forzó a Steve Jobs a dar la cara, para presentar explicaciones y aportar una solución. El arreglo transitorio fue colocar una pegatina en el borde inferior del teléfono o una carcasa.
Papermaster, como vicepresidente de ingeniería de hardware, era el responsable del desarrollo de la antena del iPhone 4 y estaba también al frente del equipo del reproductor iPod.
Mansfield, que también ocupa el cargo de vicepresidente en la estructura ejecutiva de Apple, conoce el producto, ya que supervisa algunos de los componentes del iPhone y del iPod con pantalla táctil. A pesar de ello, el 72 por ciento de los usuarios se declaran muy satisfechos con el teléfono, según ChangeWave.