Uno de los objetivos que los grandes propietarios de Microsoft se marcaron al nombrar CEO a Satya Nadellafue el de disparar el valor de una acción que llevaba años en hibernación y también las posibilidades de una compañía que, a pesar de estar anclada a la licencia tradicional, podía decir mucho en la nube y en los nuevos escenarios tecnológicos. Y los últimos resultados de Microsoft vuelven a confirmar que aquel giro fue el adecuado.
Ayer Microsoft anunció los resultados del segundo trimestre del año fiscal, el que va de octubre a diciembre, y las acciones dieron un bote de un 6%. Desde marzo, cuando se declaró la pandemia, las acciones del gigante de Redmond han pasado de los 140 a los 240 dólares.
La firma de Windows y Azure reportó unos ingresos de 43.100 millones de dólares, un 17% más que en el mismo periodo del año anterior, a pesar de todas las dificultades económicas que la pandemia está trayendo a los clientes. Ese número excedió en casi 3.000 millones las expectativas de los analistas. Pero más sorprendentes aún fueron las ganancias, que subieron un 33%, hasta los 15.500 millones de dólares. Decididamente, empresas y ciudadanos necesitan la tecnología para adaptarse al nuevo escenario, y Microsoft está en el centro de las expectativas.
Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, Microsoft avanza con el viento de cola que le da su negocio en la nube, que incluye productos como Microsoft 365 y plataformas como Azure, y que entre octubre y diciembre creció un 34%, hasta totalizar 16.700 millones de dólares. Azure en concreto subió un 48% en el trimestre.
Pero también se vio beneficiada por el buen momento del ordenador personal, que en 2020 ha vivido su mejor año en una década gracias a las demandas de los profesionales y las familias de equipos para hacer teletrabajo y educación a distancia. El negocio de la informática personal, que en las cuentas de Microsoft engloba Windows, los portátiles Surface y la Xbox, subió un 14%, hasta generar en el trimestre 15.100 millones de dólares, una cifra también muy superior a la esperada por los analistas. De hecho, las ventas de consolas Xbox se dispararon un 86%, mientras que las de los servicios y contenidos alrededor de ella crecieron un 40%.