A las puertas de la aprobación del reglamento sobre la implantación obligatoria de la factura electrónica, que contempla la Ley Crea y Crece, la adopción de este formato se ha disparado en España. Según un estudio sobre el uso de la factura electrónica en España, elaborado por Seres, en el periodo 2021-2022 se ha acelerado significativamente, sobre todo en las pymes.
Más concretamente, el volumen total de facturas electrónicas emitidas en España ascendió en 2022 hasta las 339,9 millones en el ámbito B2B, lo que supone un aumento del volumen de facturas electrónicas intercambiadas de casi el 32% con respecto a 2021 y 82,3 millones de facturas electrónicas más.
Hay que recordar que la Ley Crea y Crece, en vigor desde el 19 de octubre de 2022, establece la obligatoriedad de emitir facturas electrónicas entre empresas y autónomos a partir de 2024 y 2025, dependiendo del nivel de facturación.
El análisis de Seres también recoge las causas positivas que otorga el uso de la factura electrónica en el medio ambiente que, sumado al ahorro de tiempo y material que este recurso conlleva, se traduce en un ahorro considerable de costes para las compañías. En concreto, el uso de la factura electrónica en 2022 contribuyó al ahorro de más de 2.600 millones de euros en costes de gestión en entornos B2B, un 25,3% más respecto al ejercicio anterior, lo que se traduce en la reducción de uso del papel equivalente a 18.966 pinos. El ahorro medioambiental creció de forma similar, hasta en un 30% respecto a 2021, ahorrando un tiempo de trabajo en horas equivalente a 728 años laborales, un 17,70% más que en 2021.
En el cómputo global, sumando los ámbitos B2B, B2G y B2C, la cifra creció hasta las 379,2 millones de facturas electrónicas intercambiadas, un 22,7% respecto al ejercicio precedente, lo que supone casi tres millones de ahorro en costes de gestión.
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Las comunidades autónomas más activas en factura electrónica
La Comunidad de Madrid encabeza la lista de comunidades autónomas más activas en 2022 en volumen de emisión de facturas electrónicas con un 32,1% del total. Le siguen de cerca Cataluña, que ocupa el segundo puesto en el ranking con el 28,3%; y Andalucía, que se sitúa tercera con el 12%. A ellas le siguen País Vasco (6,4%) y la Comunidad Valenciana (4,4%).
En el extremo opuesto, Islas Baleares, (0,28%), Extremadura (0,24%) y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (0%) son las tres comunidades con los volúmenes de emisión más bajos a nivel nacional.
En cuanto al volumen de recepción de facturas electrónicas, el ranking de comunidades mantiene una tónica similar: la Comunidad de Madrid lidera la lista con el 33,3% del total, un 6,34% más que en 2021. Cataluña (22,3%) y Andalucía (8,9%) completan los tres primeros puestos. A ellas le siguen la Comunidad Valenciana (7,1%) y Galicia (6,9%). Por otro lado, Islas Baleares (1,4%), La Rioja (1,2%) y Ceuta y Melilla (0,2%) son las tres comunidades con menor volumen de facturas electrónicas recibidas en el periodo de 2021-2022.
Las pymes son las que más usan la factura electrónica
El estudio de Seres también extrae datos sobre la implementación de la factura electrónica en función del tamaño de las empresas. La comparativa refleja que las pequeñas empresas fueron las mayores emisoras de facturas electrónicas durante 2022, con un 36,17% del total, un 3,34% más que en 2021. Esta tipología de empresas también registró un 32,12% de recepción de facturas electrónicas, un 1,09% más que en el año anterior.
Tras estas, las empresas que más utilizaron la factura electrónica fueron las medianas, que registraron un porcentaje de emisión del 27,48%, mientras que el dato de recepción de estas fue superior en las microempresas, con un 31,99% del total. En ambos casos este recurso fue un elemento clave para seguir impulsando la digitalización de esta tipología de empresas.
Por otro lado, las emisiones y recepciones de facturas electrónicas adquirieron mayor presencia en las grandes empresas. En concreto, la emisión de facturas electrónicas alcanzó un 21,48% del total, un 1,59% más que en 2021, mientras que la recepción de facturas representó el 14,11%, lo que supone un 0,15% más, cifra ligeramente superior al año anterior.
La factura electrónica está más extendida en el sector terciario
La mayor parte de las empresas que emitieron y recibieron facturas electrónicas durante 2022 eran del sector terciario. En concreto, el porcentaje de empresas receptoras fue ligeramente mayor al de empresas emisoras, con un 56,24% y 50,23%, respectivamente. Además, el 62,41% de los documentos emitidos y el 76,91% de los recibidos correspondieron a empresas relacionadas con este sector de actividad.
La aceptación de la e-factura en el sector primario continúa siendo una tarea pendiente en España, según el informe
La tendencia fue diferente en el caso del sector secundario. Este sector comprendió el 47,90% de las empresas emisoras y el 42,01% de las receptoras, representando el 37,02% de los documentos emitidos y el 22,57% de los recibidos.
En este sentido, la aceptación de la e-factura en el sector primario continúa siendo una tarea pendiente en España. Su utilización apenas experimentó cambios significativos respecto al año anterior, con una representación del 1,87% de empresas emisoras y un 1,75% de receptoras. A su vez, los documentos emitidos y recibidos coparon porcentajes similares, un 0,57% y un 0,52% respectivamente.
El comercio apuesta claramente
Las empresas del sector retail fueron las que emitieron un mayor volumen de facturas electrónicas. En concreto, los datos de emisión de documentos fueron del 23,14% y el 27,37% de recepción, representando el 27% y el 30,55% de las empresas emisoras y receptoras respectivamente. Dentro de la industria, las fábricas con el 28,31% de los documentos emitidos y el 6,21% de los recibidos también emitieron un gran volumen de facturas electrónicas, representando un 27,75% de las empresas emisoras y un 36,70 de las receptoras. Entre ambos sectores englobaron más del 50% de la recepción de facturas electrónicas en nuestro país.
Por otro lado, el sector de la automoción, la construcción y la industria energética fueron también segmentos bastante activos en el uso de factura electrónica, dejando muy atrás a sectores todavía reticentes en el uso habitual de esta herramienta en sus relaciones comerciales: el inmobiliario o el educativo.