A pesar de que la “S” en la gama de TFT de Sony significa “asequible”, en este caso la calidad del gigante audiovisual no disminuye un ápice. Tan sólo se abaratan costes en algunos detalles poco importantes, como el diseño o la carencia de entradas digitales. A cambio, se obtendrá una resolución de 1.280 x 1.024 con tecnología LCD de primerísima calidad y a un coste más que razonable. Echando un vistazo a sus características, descubrimos que, aunque no llega a los ángulos de visión del representante de Samsung, con 160º por cada lado, es muy brillante en este aspecto. Eso sí, tiene el mismo contraste espectacular de 500:1, lo que produce imágenes tremendamente nítidas.
Por otro lado, hemos de señalar su escaso peso de seis kilogramos y sus contenidas dimensiones. Además, los botones de acceso a su OSD se encuentran en la parte derecha y permiten realizar la mayoría de las funciones de forma rápida. Aquí debemos anotar que Sony posee uno de los mejores menús del mercado, compartido por sus hermanos de gama.
La S71 visualiza perfectamente sombras intermedias aunque tiene dificultad en distinguirlas en los extremos cromáticos, tanto en la oscuridad como en la claridad. Afortunadamente, la pantalla puede ser configurada fácilmente para atenuar este aspecto en la medida de lo posible. En concreto, obtendremos una ligera mejoría si retocamos la temperatura del color. En cuanto a los fondos blancos, son excepcionalmente puros después de ajustar levemente tanto el brillo como el contraste.