Alan Thompson, presidente de Toshiba Europa, ha expresado su deseo de dedicar mayor esfuerzo y recursos a atender las demandas y necesidades de las filiales del sur del continente, las más afectadas por la crisis económica. “España, Portugal, Grecia e Italia están atravesando mayores dificultades que otros países de su entorno y por eso queremos prestarle mayor atención”. El directivo también aseguró que la división de Digital Products constituye una de las principales líneas de la actividad de la empresa, a pesar de que la competencia con compañías “coreanas” y “chinas” cada es mayor.
Pero no todo son malas noticias dentro de Toshiba que este mes también tiene que celebrar la venta de 100 millones de portátiles después de 25 años de presencia en el mercado. “La clave de Toshiba es su apuesta permanente por la innovación y presentación de novedades de producto que han capturado la imaginación de los usuarios”, asegura Thompson al respecto, quien también manifestó que la producción y el suministro de equipos se había normalizado plenamente tras los dramáticos sucesos acontecidos en Japón.
Para celebrar esta buena nueva la compañía anunció la disponibilidad del primer portátil 3D sin gafas, el Qosmio F750 3D que además permite mostrar simultáneamente imágenes en 2D y 3D. Equipado con un nuevo disco híbrido, mezcla de disco duro sólido y convencional, es un 80% más rápido que estos últimos. Este nuevo equipo puede tener una enorme utilidad en el sector turístico, ingeniería, medicina y arquitectura.
El equipo directivo de la región ibérica con Joao Amaral al frente y Alberto Ruano como director de la filial española, aprovechó la presentación del nuevo equipo para homenajear a Xavier Pascual, hasta hace dos meses el máximo responsable de la empresa para el sur de Europa y uno de los artífices del éxito cosechado por la compañía tras veinte años de permanencia en la empresa. En un sentido discurso de despedida Pascual rememoró los tiempos en los que se vendían menos de 3.000 portátiles mensuales y en los que el alto de gama pesaba más de 5 kilos. En su opinión el principal valor de un directivo debe ser su capacidad para transmitir valores colectivos dentro de las organizaciones.