La telefonía móvil sigue su imparable ritmo, incluso en sus componentes. De hecho, según un informe de IDC que estudia las principales tendencias en el segmento de procesadores para móviles de banda ancha, el mercado de estos chipset crecerá un 35% de media anual hasta 2014.
Y es que este tipo de semiconductores no sólo se emplean en teléfonos móviles (cuyo espectacular crecimiento el pasado año, superando los 1.100 millones de unidades, provocó la eclosión en el mercado de sus chip), sino también en el mundo de la informática (portátiles, netbooks), la electrónica de consumo (MID o Mobile Internet Devices, libros electrónicos) y otros sectores como la industria automovilística, sanitaria o industrial.
Así, una de las conclusiones de este informe destaca que mientras estos productos fueron consumidos principalmente por las aplicaciones M2M (machine to machine) antes de 2008, en la actualidad son los ordenadores los que tiran del carro.
Por otra parte, el análisis resalta que el fuerte crecimiento en los móviles de banda ancha podrían acelerar la definitiva migración hacía la tecnología 4G.
De acuerdo con Flint Pulskamp, analista de semiconductores inalámbricos de la consultora, este pronóstico responde a una tendencia en el mercado, el hecho de que los consumidores demanden cada vez más soluciones móviles y portátiles que permitan la conexión de datos en tiempo real, especialmente a Internet.