Del TPV al terminal inteligente

El mercado de los Terminales Punto de Venta ha experimentado en los últimos años un gran salto. De las cajas registradoras se ha pasado a nuevos dispositivos que son auténticos centros de gestión de negocio.

Publicado el 12 Abr 2010

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Cristina L. Albarrán Cada vez son menos los establecimientos que se resisten a dar el salto de las cajas registradoras a los TPV (Terminales Punto de Venta). Si ya en la década de los 90 asistimos a una eclosión de estos dispositivos, en los últimos años se ha prorrogado el crecimiento del sector, aunque de una forma más moderada pues, como reconoce Jordi Yagües, jefe de producto de esta división de Epson Ibérica, “en la actualidad ya quedan muy pocos negocios sin informatizar”. Pese a que reconoce que, como el mercado general de la informática, esta área de negocio se encuentra en continua evolución, va a una velocidad inferior ya que “las innovaciones requieren un tiempo mayor para implantarse”. Carlos Camarós, director comercial retail en Toshiba Tec Europe, cree, por su lado, que la apuesta por estos productos sigue muy viva puesto que los diferentes estudios colocan a España como uno de los países más activos en inversión TI dentro del viejo continente por parte del sector retail. Las razones se encuentran en el proceso de sustitución de equipos en el segmento de la hostelería y el comercio minorista especializado, en la renovación final del parque instalado antes del efecto 2000 y en el cambio al euro en las grandes superficies de alimentación y no alimentación. De acuerdo con el informe RBR (Retail Banking Research Ltd) las entregas de TPV en España en 2008 fueron de un total de 52.200 unidades, 8.400 de las cuales pertenecieron a Wincor Nixdorf (lo que representa un 16%, sólo superado por IBM). Ya en ese año, en nuestro país funcionaban 262.700 sistemas de este tipo. Y es que, a nivel local nos topamos con una situación de hiper competencia a causa tanto de importantes procesos de concentración como del crecimiento del número de puntos de venta. De hecho, a día de hoy, en España hay una tienda por cada 80 habitantes. Y “el éxito o fracaso comercial depende de la capacidad de las mismas por ser cada vez más competitivas, mejorar la atención al cliente y aumentar su gasto medio”, declara Camarós. Así pues, la necesidad de muchos comercios de aumentar sus capacidades de gestión del negocio, productos, stocks, turnos de personal… requiere tecnología de vanguardia y prestaciones que una antigua máquina no puede ofrecer. También Sofía Galache Urda, responsable del departamento de marketing de IGT, cree que es posible que debido al cambio de modelo de negocio que se está produciendo, con el paso de tiendas familiares a grandes franquicias, se hace necesario un sistema más informatizado.

Actualmente, un TPV ha dejado de ser un punto de gestión de ventas para convertirse en un centro de gestión de negocio que no sólo registra las transacciones comerciales que se realizan en ellos, sino que contribuye a definir la experiencia de compra del cliente en un establecimiento determinado. Una herramienta dual, como lo definen Javier López-Bartolomé, presidente para América e Iberia de Wincor Nixdorf, que facilita las cosas tanto al comercio como al consumidor. Desde un aspecto técnico, estas soluciones podrían resumirse en el conjunto de un equipo terminal táctil, una impresora de tickets (que pueden estar integrados o separados) y un software de gestión.

Aunque existe unanimidad en cuanto a su definición, la clasificación que podría llevarse a cabo de los diferentes sistemas que hay en el mercado no resulta tan sencilla: desde el tipo de tecnología aplicada, hasta las funciones que aporte, así como atendiendo a su origen y estructura. Desde IGT se aventuran a tipificarlos de acuerdo con la complejidad de servicios que ofrecen al negocio: como caja registradora (permite la gestión de diferentes tarifas, el control de acceso a usuarios, etc); integrado en una red wireless que facilita la transmisión de información hacia cualquier punto del local; como gestor (lleva la contabilidad y controla el stock, entre otras características); o como puesto de venta dentro de un sistema centralizado de mayores dimensiones. López-Bartolomé (de Wincor Nixdorf) habla de una división clásica entre EPOS (Electronic Point-of-Sales) y Programmable EPOS. El primer grupo entraña dispositivos capaces de procesar transacciones y de enviar y recibir datos de otros sistemas. El segundo, por su parte, además de lo anterior utiliza un sistema operativo y una aplicación de venta que puede ser programable por el usuario. Asimismo está diseñado completamente para un emplazamiento fijo teniendo en cuenta el entorno específico de retail, la durabilidad, mantenimiento y conectividad de periféricos. En esta categoría no se incluyen las cajas registradoras avanzadas (basadas en firmware), dispositivos móviles y PC usados como EPOS. Terminales inteligentes Afectados por la crisis Hacia autoservicio y compra interactiva Principales ventajas de los TPV frente a las cajas registradoras

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