Cuando Javier Melero abrió el primer punto de venta Jump Ordenadores allá por el año 1988, no podía imaginar que este pequeño establecimiento se convertiría en el primero de un total de 175 tiendas propias que llegaría a vender productos informáticos por valor de 135 millones de euros en el ejercicio de 2003 y que sumaban una superficie de exposición total de 10.365 metros cuadrados. Tampoco nadie podía aventurar que la empresa de Quart de Poblet en Valencia, con 450 empleados, llegaría a comercializar más de 80.000 PC al año rivalizando con los grandes fabricantes multinacionales. La absorción de Jump por parte de Electronics Boutique Holdings culmina la singladura de la única gran cadena de tiendas de informática en propiedad de España. Los compradores, que todavía no han anunciado si mantendrán el nombre de Jump tras la absorción, tienen previsto gestionar un activo final de 135 tiendas, que también serán mantenidas en régimen de propiedad. Aunque la absorción completa de la compañía no estaba prevista, ya hacía un tiempo que Javier Melero había aventurado su intención de suscribir un acuerdo con algún socio inversor que le permitiese acometer su expansión por todo el territorio, sin necesidad de recurrir al régimen de franquicia.
En los mejores tiempos de Jump cualquier población mediana o grande que se preciara tenía una tienda en la que destacaba el distintivo color rojo y las letras en blanco de la marca. Ya en abril de 2001 la compañía decidió continuar con su política de expansión y aventurarse a entrar en cadenas de electrodomésticos en respuesta al desembarco en nuestro país de grandes superficies especializadas como Mediamarkt. Su propuesta se basó en integrar pequeñas islas dedicadas a exhibir productos de informática y comunicaciones dentro de otros establecimientos dedicados a la venta de electrodomésticos de línea blanca y marrón, que contaran con suficiente arraigo en el sector. Como parte de esa estrategia, Jump abrió hasta doce nuevas tiendas integradas en las cadenas Idea, Confort Electrodomésticos y Euronics. Sin embargo, los malos resultados cosechados obligaron a la empresa a ir cerrando estos nuevos espacios, de los que sólo permanecen abiertos dos puntos de venta en la cadena Idea.
Como explicaba en aquel momento Javier Melero, el fundador y presidente de la empresa, “nuestra principal ventaja en relación a otras iniciativas, como la de Beep, es que son tiendas en propiedad y, por tanto, el personal que atiende este espacio de informática así como los lineales y el material es propio”. En este sentido, Melero señalaba que Beep, al ser una franquicia, traspasaba el riesgo y la gestión a la propia tienda de electrodomésticos.
Y mientras la geografía española se inundaba de establecimientos con el color encarnado característico de la imagen de marca de Jump, la empresa desarrollaba una completa estrategia dirigida a poner en marcha su tienda virtual en Internet que intentaba trasladar el modelo de la tienda al escenario digital. A partir de ese año 2001, las cosas empezaron a torcerse en el camino ascendente de la compañía hasta el punto de que tres años después abordaron una reestructuración dirigida a contener la riada de noticias negativas. De 175 establecimientos pasaron a 140 tiendas propias y muy atrás quedaron los planes de alcanzar los 205 puntos de venta. También se vieron obligados a cerrar una cadena de montaje que en sus mejores tiempos llegó a producir más de 8.000 PC mensuales. A causa de los altos costes que le suponía mantener esta unidad fabril, la empresa decidió subcontratar esta actividad con la madrileña Soft-Sell. El año pasado Jump llegó a comercializar un total de 40.000 PC, muy lejos de los 80.000 que llegó a poner en el mercado en el año 2000. La acumulación de todas estas noticias negativas junto con unos resultados finales en 2005 de 80 millones de euros, una cifra a todas luces menor a la esperada, evidenciaron la necesidad de dar un cambio de rumbo a la estrategia de la compañía que se ha materializado en su adquisición definitiva por parte de Electronics Boutique Holdings, EB Games. Esta última es uno de los líderes del mercado americano de videojuegos, consolas y productos relacionados con este sector y tiene más de 3.800 establecimientos repartidos por diez países. Recientemente también fue adquirida por GameStop Corporation, convirtiéndose en el mayor vendedor de videojuegos del mundo. Esta compra parece formar parte de la estrategia de desembarco de EB Games en España, como lo demuestra la adquisición previa de Centro Mail la mayor cadena de venta por catálogo- en el año 2001.
Con la venta de todos los activos de Jump a EB Games se pone punto y final a la aventura en solitario de la española, una iniciativa que ha naufragado por un cúmulo de circunstancias: crisis de los ordenadores de marca local, lentitud en la adopción de portátiles, éxito del fenómeno Mediamarkt y mala coyuntura económica. Uno de los factores claves de la involución fue la tardanza en la decisión de fabricar portátiles, lo que otorgó una gran ventaja competitiva inicial a competidores como Infinity Systems que supieron sacar partido a esa rápida iniciativa. Sin embargo, tras ese periodo inicial de bonanza los grandes fabricantes multinacionales han vuelto a tomar la delantera a los integradores nacionales de equipos que se han visto envueltos en una crisis difícil de superar.
Las tiendas en propiedad junto con la proximidad al cliente se convirtieron en los dos principales diferenciadores de la estrategia de Jump frente a su competencia.
La consigna de ganar en capilaridad y cercanía no sólo se entendió siempre como un objetivo sino que con el paso de los años llegó a convertirse en una auténtica obsesión por ganar terreno a las grandes superficies y al resto de cadenas especializadas. En la propia página web de la compañía aseguran que en las ciudades de Valencia y Alicante es posible encontrar un establecimiento de Jump cada 500 metros, lo que supone una de las capilaridades mayores de la industria. “El cliente ha de tenerlo fácil, cerca, con un buen trato y un buen servicio. Coger el coche y desplazarse a una gran superficie ya no es argumento para la venta sino un inconveniente para la misma pero para luchar contra esto hay que servirle en bandeja el producto al cliente. ¿cómo?, teniendo su tienda Jump bajo su casa”.La red de tiendas Jump está compuesta por seis tipos distintos de establecimientos: supergrandes, de más de 125 metros cuadrados y compuesta por once tiendas, quince establecimientos grandes de 100 a 125 metros cuadrados, 30 tiendas medianas de 75 a 100 metros cuadrados, 50 puntos de venta calificados como pequeños-medianos y, por último, trece establecimientos de tamaño especial.
Mónica Hidalgo
Mónica Hidalgo es directora de la revista Channel Partner desde hace 25 años y tiene una amplia trayectoria como periodista especializada en el sector de tecnologías de la información con especial foco en el canal de distribución y los partners dedicados a la comercialización de servicios y productos de informática y comunicaciones