Los despidos “son parte de un conjunto de cambios que se están llevando a cabo en la firma para mejorar la eficiencia de nuestro negocio”. Este eufemismo de David Frink, portavoz de Dell, se esconde el recorte de cerca de 900 empleos en un call centre de Edmonton (Canadá). Y es que, después de mucho pensárselo, el fabricante ha decidido entrar por el aro de la venta indirecta después de que su modelo de comercialización a través del teléfono y de Internet, sin intermediarios, se haya agotado y le haya llevado a perder el primer puesto en la venta de PC en favor de HP, su principal competidor. Y esta medida no será la única, ya que Dell tiene repartidos por el mundo 25 centros de llamadas y ya ha anunciado que reducirá su plantilla un 10%, es decir, casi 8.800 empleos. De momento, el fabricante ha reconocido que buena parte de los 900 empleados de la plataforma de ventas de Edmonton irán recibiendo sus cartas de despido, mientras que algunos serán reubicados dentro de la propia Dell.
Junto a esto, Dell también ha decidido no abrir un segundo centro de atención al cliente que tenía proyectado para la ciudad de Ottawa, también en Canadá. Y es que la estrategia del fabricante pasa por la creación de un canal de partners que le ayuden a comercializar sus productos, por lo que bajo esta perspectiva los diversos call centre para venta con los que cuenta la compañía carecen de sentido. Por si esto fuera poca muestra de la determinación del proveedor de dar un giro de 360 grados a su forma de vender, esta semana Dell también anunció el cierre de 140 tiendas en EEUU donde exponía sus productos, pero no permitía comprarlos y sí encargarlos.