Creu Ibáñez
Había que buscar una solución a un problema concreto: el alto número de correos spam que recibía a diario el servidor del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB). El correo basura se estaba convirtiendo en un grave problema para el buen funcionamiento de este organismo, que está a la vanguardia de la investigación española en biología y biomedicina. Hasta ese momento, el centro contaba con soluciones de prevención instaladas basadas en software de dominio, como la solución antispam Spamassassin y el filtro antivirus ClamAV. Sin embargo, José Manuel Angulo, responsable del área de comunicaciones del CIB, asegura que estas herramientas eran “muy costosas de mantener, debido al ratio personal informático/usuarios activos. Nuestro nivel de satisfacción era escaso”.
Por ello, el centro probó diferentes soluciones hasta elegir el eMail Security and Control de Sophos, compañía británica de seguridad informática y de control de contenidos, que conoció a través de la consultora ExisTI, que llevo a cabo la implantación de la nueva solución. En concreto, el CIB eligió esta herramienta de Sophos después de que los propios usuarios comprobaran el funcionamiento del filtrado de su correo con diferentes soluciones. Aguado señala que valoraron el soporte gratuito y el coste del proyecto, aunque puntualiza que la ausencia de falsos positivos fue el factor determinante.
Esta herramienta permite, de manera inteligente y con una sencilla gestión, bloquear programas maliciosos, aplicaciones no deseadas y correo basura que pueden entrar desde la red a través de correo electrónico. Además, ofrece una amplia gama de políticas de control específicas de usuario y de grupos para el uso del correo electrónico y otros requerimientos que pueden controlarse. Asimismo incluye funcionalidades para dar solución a la posible pérdida de datos sensibles, cumplir con los requerimientos legales y las políticas cada vez más complejas que rodean el uso aceptable de correo electrónico.
En este sentido, el responsable del CIB explica que el proceso de implantación consistió en sustituir el anterior sistema por el control de correo con Sophos eMail Security and Control montado sobre varias máquinas Linux (RedHat) en paralelo, que, por otro lado, trabajan como una sola (cluster). En una primera fase se montaron todos los sistemas nuevos y una vez listos se llevaron a cabo detalladas pruebas de rendimiento para conocer su alcance una vez en producción. Tras esto, se procedió a su puesta en producción bajo la supervisión de ingenieros de Sophos, sin que estos cambios perjudicaran al servicio de correo. Así, se cerró el proyecto tras constatar una radical bajada en el número de incidencias y quejas por recepción de spam y un considerable ahorro en el ancho de banda de las comunicaciones.
Una vez finalizada la implantación, Aguado asegura que el CIB no sólo ha conseguido reducir el nivel de spam, sino también ha mejorado el nivel de usabilidad del correo electrónico. Por ello, en opinión del responsable del centro de investigación, la solución instalada de Sophos es “más eficiente en la detección de spam que otros productos probados” y es “más flexible ante futuras necesidades de ampliación, lo que permite añadir nuevos equipos si el volumen de correo aumenta, sin que sea necesario adquirir otras licencias, pues se contrata por cuentas de correo y no por servidor”. Éste fue uno de los aspecto claves, pues este organismo tiene un presupuestos muy ajustados, así como la disponibilidad de su soporte técnico (24×7), “sumamente útil, porque nosotros contamos con un grupo de asistencia técnica muy reducido y que debe atender múltiples tareas además de la administración del correo electrónico”.
Las Claves:
Problema: el alto número de correos spam que recibía a diario en su servidor, llegando hasta el 90% del total.
Solución: la herramienta antispam Sophos eMail Security and Control de Sophos
Partner: ExisTI ofrece servicios de consultoría, infraestructura de red, desarrollo, gestión TI y outsourcing.
Cliente: El CIB, creado en 1953 y dependiente del CSIC, cuenta con cinco áreas científicas: biología celular, biología de plantas, ciencia de proteínas, fisiopatología celular y molecular, y microbiología molecular. Cuenta con 85 científicos en plantilla y acoge a más de 200 de estudiantes.