Jesús Banegas es uno de los veteranos del sector tecnológico español. Después de más de una década llevando el rumbo de Aniel, este murciano asumió hace unos meses la presidencia de AETIC, la nueva patronal del sector que aúna a más de 1.000 empresas, procedentes de Aniel y de Sedisi, que cubren todo el espectro de las nuevas tecnologías, desde la informática a las comunicaciones, pasando por la electrónica.
¿Cómo va la integración con de Aniel y Sedisi? La cúpula de la nueva organización ya está decidida, en los medios también se han presentado como un solo cuerpo, pero ¿están plenamente integradas y funcionando todas sus partes?
Va bien. A nivel de junta directiva y de cargos electos, tenemos una relación agradable. A nivel ejecutivo, estamos haciendo ajustes para ser más eficientes. Estamos tratando de hacer más cosas con los mismos recursos. No obstante, queremos mantener todo lo que hacíamos bien, respetar lo mejor que hacía cada uno.
¿Cómo va a ser a partir de ahora la métrica del macrosector de las TIC? Lo digo porque Sedisi nos tenía acostumbrados a una serie de estudios propios que tenían bastante predicamento entre todos los agentes de esta industria.
Efectivamente, uno de los servicios que prestamos a la sociedad es aportar estadísticas fiables que mantienen una consistencia histórica y son bastante representativas. Además, son gratis, no cobramos por ellas. Y eso lo vamos a seguir haciendo. Tanto Sedisi como Aniel tenían informes globales que daban una visión muy completa del sector. Las dos organizaciones tenían además estadísticas mensuales. Todo eso se va a mantener. Lo que se está planteando ahora es hacer un informe global de agregados macroeconómicos, y luego desarrollar todos los estudios monográficos que veníamos haciendo por separado, y quizá alguno más.
Ya hay un interlocutor en el nuevo Gobierno para los asuntos de TIC. Se trata de Francisco Ros Perán, nuevo secretario de estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información. ¿Han tenido algún contacto? ¿Qué temas han tratado?
Estamos trabajando en un documento que exprese con rigor y actualidad las políticas de futuro y qué cosas son perentorias para tratar.
A mediados del pasado año el Gobierno del PP aprobó el plan España.es, un plan bianual basado en los planteamientos de la Comisión Soto. ¿Qué luces y sombras tenía, en su opinión, este plan? ¿Qué desarrollo ha tenido en los últimos años la sociedad de la información en España?
En los últimos años no ha pasado nada en esta materia. Ha habido mucho voluntarismo para analizar la situación, pero no ha llegado nunca a concretarse. España.es no llegó a nunca a ejecutarse. Nosotros hemos defendido que España avance hacia ese paradigma que es la sociedad de la información, y por eso vamos a repetir la necesidad de que eso suceda. Queda por el ver ahora el interés del nuevo Gobierno.
¿Cuál es el estado de la sociedad de la información en España al día de hoy y qué debe hacer el Gobierno?
España es un país puntero en el mundo en el uso de las TI. Sin embargo, quedan muchas cosas por hacer, sobre todo en la sociedad civil. El Gobierno debe dar ejemplo con sus actuaciones y regular los mercados para animar a los inversores al despliegue de redes y al uso de la tecnología para que la productividad aumente. Porque lo que hace sostenible a largo plazo el crecimiento económico no es la cantidad de trabajo, sino su calidad.
Usted dijo hace poco que no echaba de menos la existencia de un ministerio específico de Ciencia y Tecnología porque lo mismo da la buena sintonía con el ministro del ramo si luego llega el departamento de Hacienda con la tijera y aborta las decisiones para mantener el déficit a raya. ¿Es partidario de un incremento del gasto público en TIC a costa de poner en peligro la estabilidad de los presupuestos?
No hay relación entre los dos temas. El equilibrio presupuestario es lo más sensato del mundo, es lo que hacen las familias. Si un gobierno quiere gastar más, que aumente los impuestos. Lo que ocurre es que esto es bastante impopular. Los gastos del estado se dividen en dos partidas: gastos corrientes e inversiones, que pueden ser carreteras o nuevas tecnologías. La diferencia entre los gastos y las inversiones es que estas últimas generan crecimiento económico. Por eso es interesante que el gasto público se dirija a este apartado. Se trata, en definitiva, que el Gobierno mantenga el equilibrio en el presupuesto, y que, luego, el gasto que hay que hacer sea el más eficiente posible, lo que hoy se traduce en invertir en TIC. En estos momentos, lo lógico es que se invierta más en este tipo de tecnologías, como hace 30 años lo lógico era invertir sobre todo en infraestructura y carreteras, y en el futuro puede que lo prioritario sea la biotecnología.
¿Cuáles son los puntos débiles del país en materia tecnológica?
Voy a empezar a hablar de los aspectos en que estamos bien, porque aquí nos gusta hablar sólo de la malo, y no de lo bueno. España es un líder mundial en telefonía móvil. También es un líder en el uso de tecnologías en el sistema financiero. Hay que recordar que estamos en uno de los países donde más declaraciones de la renta se hacen por Internet del mundo. ¿En qué ámbitos estamos mal? La pyme está menos equipada que sus competidoras europeas. Hay también ámbitos de las Administraciones Públicas que no están nada avanzados. De hecho, hoy para matricularse en la Universidad Complutense de Madrid se utiliza el papel de calco, y no se puede hacer por Internet. Hay que decir también que aunque el sistema educativo no está mal dotado, el uso que se hace de la tecnología es deficiente.
Una de las cosas que muchos fabricantes y distribuidores han demandado durante año es la existencia de ayudas explícitas a las empresas (en la forma de incentivos fiscales o de subvenciones) para la adopción de tecnología innovadora, sobre todo a las pymes, que son las menos equipadas. ¿Se une AETIC a esta demanda?
Está empíricamente demostrado que la mejora de las TIC incrementa la productividad de los agentes y la competitividad de la economía. Esto se traduce en un aumento de la renta real de los trabajadores. Hay varias cosas que un buen Gobierno debería hacer para que las tecnologías penetraran en los tejidos productivos y los hicieran más eficientes. La primera sería dar facilidades fiscales y libre amortización, que los empresarios decidan si la inversión en TIC es un gasto corriente o si quieren amortizarla. Y es que una empresa compra un ordenador o un software hoy en día, no puede incorporarlo como gasto de ese ejercicio, sino que tiene que amortizarlo en varios años. Eso luego impide que el empresario actualice esa tecnología en años venideros porque todavía no ha terminado de pagarla. En segundo lugar, las Administraciones Públicas deben dar ayudas y soporte a los trabajadores en las empresas para que conozcan y utilicen óptimamente las nuevas tecnologías. En España, el nivel formativo, sobre todo en empleados de una cierta edad, es bajo. Y en tercer lugar, muy importante, tenemos que elaborar un marco laboral que permita, sin perjuicio de los trabajadores, cambiar empleo por tecnología.
El sector TI sólo creció en 2003 un 0,9 por ciento, lo que supone una recuperación con respecto a 2002, en que bajó un 7 por ciento. No obstante, venimos de crecimientos entre finales de la década pasada y los primeros años de esta de alrededor del 15 por ciento. ¿Estamos en un sector muy inmaduro? ¿Será una buena noticia crecer menos, pero hacerlo de forma más acorde con el ciclo económico?
Si nos atenemos a lo que ocurrió con las grandes olas tecnológicas del pasado, estamos lejos de alcanzar el cenit de esta revolución en la que estamos embarcados. Lo más razonable es que el sector vuelva en los próximos años a crecimientos de dos dígitos. Y para afirmar esto, basta mirar alrededor. Cuando parecía que las redes móviles estaban agotadas, llega UMTS; cuando las redes fijas se habían extendido a todos sitios, ahora aparece la banda ancha; y cuando el producto más ubicuo de la historia, la televisión, ya parecía que no se iba a mover, desaparecen del mapa los tubos de rayos catódicos y aparecen las pantallas de plasma. La crisis es coyuntural.
¿Cómo va 2004? ¿Qué áreas tecnológicas están ahora tirando del carro y cuáles se muestran más apáticas?
A falta de las cifras que vamos a publicar en breve (véase cuadro adjunto), todo indica que el segmento de consumo sigue tirando, incluso por encima de la economía, pero la inversión empresarial sigue estando bajo mínimos, sigue cayendo.
Casi ninguno de los grandes mayoristas informáticos forma parte de AETIC.
El de los mayoristas es un perfil interesante. Ahora nos tenemos que reunir para ver qué huecos hay y cómo se pueden llenar.