Agustín Alarcón, director general de Diode, es el presidente de turno de la Comisión de Mayoristas de informática de Asimelec, el único foro donde estos agentes pueden poner en común datos y puntos de vista sobre la evolución del mercado, así como plantear propuestas que mejorar la salud del negocio. En esta entrevista, Alarcón da cuenta de los asuntos que en estos momentos más preocupan a los integrantes de la comisión [Actebis, GTI, Ingram Micro, Tech Data, Santa Bárbara, Esprinet, Diode, Diasa, Investrónica y Vinzeo] e intenta pronosticar lo que va a pasar en un canal de distribución nacional que vive en plena marejada de fusiones y compras.
¿Cuál fue el origen de la comisión que ahora preside?
Algunas de las compañías integrantes vimos interesante tener un grupo de trabajo que se reuniera dos o tres veces por año para discutir o comentar la problemática del sector. Como no había un número de empresas suficiente para poner en marcha, con un coste razonable para cada integrante, una asociación independiente, decidimos buscar patronales dentro del mercado que nos pudiera dar cabida, y el modelo de Asimelec, con sus comisiones, era muy adecuado. Aunque Asimelec tiene muchas comisiones con intereses muy distintos, hay asuntos, sobre todo legales, que afectan a una amplia mayoría de asociados, como el canon digital o la ley que ordena la gestión de los residuos.
¿Cuáles son los problemas que más acucian al mayorista español en estos momentos?
Un problema del que hablamos mucho ahora es el diferencial de pago que hay entre España y Europa. Aquí nosotros tenemos que pagar con criterios europeos a los fabricantes en un plazo de 15 a 30 días, pero luego los mayoristas tenemos que vender a la española, lo que supone esperar una media de entre 60 y 70 días.
El mercado ha abocado a los mayoristas a lidiar con toda esta financiación y con el manejo de riesgos que supone. Si la diferencia de días entre el pago y el cobro estuviera en dos semanas, todo sería normal. Al ser mucho más, y llegar a los 40 días, el mayorista se convierte en un banco, y nosotros no tenemos vocación de banco.
Pero hay una ley (3/2004 de 29 de diciembre), aprobada a finales de 2004, que establecía medidas diversas contra la morosidad y que decía que, a falta de un pacto expreso y justificable entre las partes, el plazo de pago no debía exceder los 30 días. ¿Qué ha pasado para que las cosas sigan igual?
La ley lleva dos en vigor y no hemos visto ningún cambio. En definitiva, es como si esa ley nunca se hubiera elaborado. No obstante, a través de Asimelec estamos recabando información del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio para ver si hay algún tipo de seguimiento o controles estadísticos que demuestren que la ley ha traído algún tipo de cambio en las costumbres y en la manera de funcionar.
Aprobar una ley es algo más o menos fácil, pero cambiar una costumbre tan extendida se antoja muy complicado. ¿Por dónde se puede empezar a trabajar para cambiar mentalidades?
Bueno, el Gobierno podría empezar cambiando los hábitos de la propia administración, que suele pagar tarde. De otras medidas no te puedo hablar porque no soy un experto. Además, esperamos información que nos ayude a analizar la coyuntura.
Lo que sí está claro es que es un tema muy grave. Además, no sólo es un problema de los mayoristas, aunque somos nosotros los que más riesgos corremos. Nuestros clientes no cobran del usuario final cuando deben. En el ámbito del gran retail se abusa una barbaridad de los plazos. Las cadenas, por los volúmenes de compra que tienen, imponen condiciones abusivas a los proveedores, que casi siempre son más modestos.
¿Qué plazos de pago se permiten las grandes cadenas?
Por la información que tengo, entre 90 y 150 días. Un retailer que pague a 150 días y sea, a la vez, capaz de vender al contado el material en un par de semanas podrá comprar todos los solares que quiera y abrir establecimientos por todo el país.
¿Cómo están los ánimos con respecto al canon digital? ¿No es algo derrotista la postura de Asimelec?
Asimelec ha hecho mucho ruido en este tema, pero hay que seguir unos cauces para elevar los puntos de vista. Lo que está claro es que, partiendo de que hay que compensar a los autores y de que existe la copia privada, unas tasas abusivas también pueden entorpecer el desarrollo tecnológico del país. Ahora la patata caliente la tiene el Gobierno, y las cosas son difíciles porque el colectivo de artistas tiene mucho peso social. De todas formas espero que el Gobierno haga un acto de sensatez.
El 13 de agosto de 2005 entró en vigor el Real Decreto 208/2005, que obligaba a los fabricantes y distribuidores de aparatos eléctricos y electrónicos a recoger y gestionar el reciclaje de los equipos antiguos. ¿Cómo está este tema en la actualidad?
La ley está ahí, y no hay mucho que discutir. Lo único que pasa es que el texto es un poco enrevesado y cuesta entender todos sus extremos. Si eres mayorista únicamente, no tienes ninguna obligación. Pero si fabricas o importas algún producto como representante, tienes tú que asumir las obligaciones de esa compañía que no está. Por otro lado, están las comunidades autónomas, que tienen competencias en materia de medio ambiente. En fin, la casuística es variada y al final hay que recurrir a expertos jurídicos.
¿Cómo fue el año 2006 para los 10 mayoristas que están en Asimelec?
Los últimos números dicen que el crecimiento de la cifra de negocio fue del 7,66%, aproximadamente lo mismo que en 2005. Lo que sí es más preocupante es que la deuda pendiente ha crecido más, un 12%, lo que significa que estamos financiando más a nuestros clientes, y eso, vista la situación de los plazos de pago y de los tipos de interés, no es bueno. Por otra parte, el nivel de stock se ha reducido casi un 4%, lo que supone que hemos rotado algo más los productos.
¿Cómo está el negocio en términos de rentabilidad en estos momentos?
Todos tenemos una rentabilidad muy bajita. Es una tónica a nivel mundial. Nos movemos entre el 0,8 y 1,5% [de la facturación]. Hace 15 o 20 años estábamos en el 3 o 4%, y eso es algo que ahora ni nos planteamos. Una rentabilidad razonable al día de hoy, que además no rebajaría la competitividad del sector, estaría entre el 2 y 2,5%.
En este último año y medio hemos visto mucho movimiento de empresas. En el canal corporativo ha habido muchas adquisiciones, y el mayoreo no ha sido ajeno. Las operaciones más sonadas han sido las compras de Memory Set y UMD por parte de Esprinet. ¿Estamos al final de este proceso comprador o, por el contrario, nos quedan muchas cosas que ver?
Yo creo que esto va a continuar. Todavía quedan muchos mayoristas en España y fuera de España. Lo digo como pura intuición. No tengo información privilegiada de ningún tipo. Hay compañías, como Esprinet, que tienen un buen respaldo financiero y son capaces de conseguir dinero en Bolsa y se lanzan a por competidores, y luego están otras, más pequeñas y dirigidas por personas particulares y no sociedades, que de forma comprensible son absorbidas.
¿Por qué ha tardado tanto el ajuste en el sector? Lo digo porque los años verdaderamente malos fueron 2003 y 2004.
Yo creo que en esos momentos ni los propios compradores lo estaban pasando bien, o, cuando menos, eran bastante cautelosos. En este sentido, esta oleada de compras, por otro lado, muestran que hay buen feeling, que hay expectativas en el negocio.
¿Cómo le viene al canal español la irrupción de Esprinet? ¿Va a cambiar las reglas de juego?
Tienen un gran volumen y eso ya cuenta. De todas formas, ellos han venido al mercado español, que es muy competitivo, a ganar dinero y no a tirarlo todo. Para eso deberán aplicar criterios de trabajo razonables. Es decir, no creo que, por ejemplo, vengan a alargar más los plazos de pago.
Por otra parte, la lógica dice que ya son suficientemente grandes y no necesitan más compañías en España. Pero eso es la lógica, y no la realidad. Además, puede haber otras compañías americanas y europeas interesadas en firmas locales.
¿Cuál es la posición de Diode en medio de este escenario?
Nosotros tenemos un perfil peculiar. Vendemos en volumen, aunque siempre apostando por un número limitado de marcas. Adicionalmente tenemos unidades especializadas, como captura de datos o sistemas, que requieren personal especializado y mucha formación.