Laurent Daudré es un rara avis en el negocio de la distribución. Este francés, que llegó a España hace casi 20 años y ya se quedó, seducido en parte por la buena vida a este lado de los Pirineos, estuvo en Newlink, se embarcó luego en Allasso y, justo un día antes de ser adquirida ésta por Magirus (la rigidez y centralización alemanas le dan vértigo), salió de la compañía para embarcarse en otro proyecto: traer y consolidar Exclusive Networks, especialista en seguridad corporativa, en el mercado local. Y es que Exclusive Networks, un mayorista de valor que en su país de origen, Francia, quiere facturar 60 millones de euros, se dedica a lo que a Daudré más le gusta: vender tecnologías cuando nadie o pocos las conocen, cuando se encuentran en el primer valle de la curva de ventas, el lugar natural de los early adopters. En este punto están algunas de las marcas que más están moviendo ahora el equipo de 14 personas que tiene Exclusive en Madrid, como Aerohive (arquitectura para WLAN), Amigopod (gestión de acceso de invitados a redes internas o externas) o BlueLane (protección de servidores). Son marcas que se mezclan con otras más reconocidas como Ironport, especialista en seguridad de correo electrónico que pertenece a Cisco o F5 (optimización del tráfico de aplicaciones). Aunque Exclusive Networks empezó a operar en septiembre de 2007 en la propia casa de Daudré, acabó el año facturando un millón de euros y para este ejercicio ve factible llegar a los 10 millones. Son unos planes expansivos que están en línea con lo que marcan desde Francia los jefes de Daudré, que están embarcados en una expansión por Europa que, de salir bien, elevará los ingresos del grupo a 120 millones en 2008 y 150 en 2010.
La última incorporación al catálogo de Exclusive en España (Daudré tiene plena libertad para firmar contratos a nivel local) se llama Palo Alto Networks (PAN), un proveedor de una tecnología de cortafuegos capaz no sólo de controlar puertos y protocolos, sino de discriminar en función de las aplicaciones. “Las aplicaciones de mensajería o los servicios de Internet son cada vez más sofisticados y evitan fácilmente la barrera del cortafuegos. El control del puerto ya no es suficiente y las políticas de seguridad deben construirse sobre la aplicación”, dice entusiasmado Daudré, que lleva negociando con PAN desde el verano del año pasado y que para conseguir el primer contrato de mayorista a nivel mundial que suscribe la firma ha perseguido a sus directivos por medio mundo. Daudré comenta que, a pesar de dedicarse a la seguridad, ha estado sin tecnología de cortafuegos durante un año, algo bastante inaudito, pero que la espera ha valido la pena.