l sector de las TIC está de luto. Juan Soto Serrano, uno de los pioneros de la informática de nuestro país, nos ha dicho adiós. El gran momento se produjo en 1968, cuando tomó las riendas de Hewlett Packard en España, un país por entonces atrasado, pero que empezaba a despertar con la entrada de capital extranjero y los nuevos aires de la globalidad. Por aquel entonces, no existía todavía el ordenador personal (que tendría que esperar más de una década) ni había asomo de Internet (aunque se estuviera cociendo en el ámbito militar estadounidense). El directivo fue ganando confianza y sembrando en el mercado español hasta situar a su compañía entre las más grandes del mercado.
En el Anuario de Computing de 1993, Juan Soto hacía esta premonitoria reflexión: “Nos dirigimos inexorablemente hacia la Aldea Global y en ella tenemos que aprender a movernos. Pero de una cosa estamos seguros, la exuberante fertilidad tecnológica que históricamente ha distinguido al sector informático seguirá siendo el factor motriz más importante de su dinámica en el próximo decenio”.
Hasta tal punto que, cuando fue relevado en su cargo por Santiago Cortés en 2002, Hewlett-Packard (entonces se escribía con guion y no se había producido la gran escisión) era la primera empresa del Ranking Líderes de Computing, con una facturación de 1.900 euros, desplazando a la otrora incontestable IBM España.
Gran responsable de este sorpasso fue la fusión de Hewlett-Packard con Compaq (su última gran operación), creando un gran conglomerado de PC, al que había que añadir una fuerte presencia en el ámbito de la impresión.
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Faceta de visionario
Si hay algún calificativo que encaje con su personalidad es el de “visionario”. En 1993, en una de sus colaboraciones anuales con el Anuario Computing, escribió: “Ya no existe el paralelismo general al que nos tenían acostumbrados las economías más importantes del mundo. El boom de Asia parece no tener fin”. Y añadía: “Nos dirigimos inexorablemente hacia la Aldea Global y en ella tenemos que aprender a movernos”. Para concluir: “Pero de una cosa estamos seguros, la exuberante fertilidad tecnológica que históricamente ha distinguido al sector informático seguirá siendo el factor motriz más importante de su dinámica en el próximo decenio”.
Premios y reconocimientos
La labor de Juan Soto ha sido valorada y encomiada en diversos foros. Computing le distinguió como “Directivo del Año” en 2002, como premio a su carrera profesional. En esos momentos, la confianza de su corporación le permitió ampliar su presidencia de la Península Ibérica a las filiales de Países Bajos y Francia.
En marzo de 2015, el reconocimiento del sector fue decisivo, con la concesión de la ‘Medalla de Oro’, a una de las personalidades más influyentes y admiradas de los últimos 50 años en el mundo de la tecnología en España.
Durante la gala, Víctor Calvo-Sotelo, por entonces secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, consideró como “muy oportuno” el homenaje a Juan Soto, subrayando entre sus méritos el haber convertido a HP en “una escuela de profesionales de primer nivel”.
En su intervención, el homenajeado señaló que sus dos motores profesionales fueron la curiosidad y la osadía, y su máxima consistió en “intentar hacer las cosas bien a la primera, que cuesta menos que corregir después”.
Como ha señalado Helena Herrero, vicepresidenta del Sur de Europa, Oriente Medio y África de HP, en su cuenta de LinkedIn: “Hoy es un día muy triste para toda la familia HP porque hemos perdido a un gran amigo, un gran líder y gran maestro. Una persona excepcional, y un referente para este sector que dedicó su vida y a hacer de HP la compañía líder que es hoy. Gracias, Juan, por tu #visión, tu #pasión, tu búsqueda de la #excelencia y tu #compromiso, que nos inspiraron a todos los que tuvimos la suerte de trabajar contigo”. Mejor despedida, imposible.