IBM volverá a desembarcar en consumo de la mano de Lenovo

El año 2004 se despidió con una noticia bomba, aunque esperada: la venta del negocio de PC de IBM. Damos los detalles y las implicaciones para el canal.

Publicado el 04 Ene 2005

Aunque ésta ha sido la noticia mediáticamente más impactante de la recta final de 2004, tampoco puede decirse que se tratase de una decisión inesperada. Cuando surgieron los rumores sobre la puesta a la venta de la división de PC de IBM a finales de los 90 ya estaba bastante consolidada la evolución del gigante azul hacia una compañía de software y servicios [en hardware sigue manteniendo toda su línea de servidores]. Indicios ha habido muchos: quién no recuerda la decisión de externalizar la producción de ordenadores en manos del fabricante asiático Sanmina-TCI, allá por febrero de 2002 [y un año más tarde la de los servidores], o las pérdidas millonarias sufridas por esta unidad de negocio en el pasado y los intentos de IBM por relanzar un negocio que se quedaba atrás en ventas y en catálogo con respecto a competidores como HP, Dell o Acer. No obstante, el creador del primer PC en 1981 se ha resistido en los últimos años a admitir que este negocio ya no era su prioridad y siempre ha mandado un mensaje ambiguo al mercado. Un sí pero tal vez no. La propia Amparo Moraleda, presidente de la firma en nuestro país, se empeñaba en negar, en una entrevista en estas mismas páginas hace un año y medio, que IBM hubiese tirado la toalla en el ámbito de los PC. Sin embargo, Isla Ramos, la responsable de la división de Sistemas Personales de la filial, reconocía a toro pasado [unos días después del anuncio de compra por parte de Lenovo] que con una organización centrada en el valor y los servicios “no había tiempo para crecer e innovar a tiempo [en informática personal]”. “Para seguir en el mundo del PC hoy necesitas una organización que viva y muera por ello”, dramatiza Ramos, que lo pone de forma muy simple: “Queríamos que entrara otro y jugara por nosotros”.

Echando un vistazo a las cifras y a las declaraciones de la dirección corporativa, que se lució hace unos años con aquello de que la era del PC había acabado, cabía suponer que IBM acabaría dejando en manos de otros este negocio. Otra cosa era saber cuándo se iba a producir la operación [se lleva una década hablando del tema], con quién [se ha hablado de Dell, Sanmina, etc.] y bajo qué condiciones.
Tras varios días de rumores ni confirmados ni desmentidos, el pasado 8 de diciembre se anunciaba oficialmente que la empresa china Lenovo, antes conocida como Legend, compraba la división de ordenadores de IBM por 1.750 millones de dólares en una operación que se va a convertir con toda probabilidad en la mayor adquisición de una empresa china en el extranjero. La nueva Lenovo, que tendrá su sede en Nueva York y que contará con el vicepresidente de IBM, Stephen Ward, como nuevo CEO, se encarama al tercer puesto del negocio mundial de ordenadores, con el 7,2% del mercado, detrás de Dell (16,4%) y HP (13,9%). Por su parte, IBM, que se cede a la nueva sociedad marcas, patentes, propiedad intelectual y un equipo de 10.000 personas [45 de ellos en España], retendrá el 18,9% [el Holding Lenovo tendrá un 45% y el resto está en el mercado de valores]. Una vez consumada la fusión, prevista para mediados de año, la nueva Lenovo dará empleo a 19.000 personas, mantendrá fábricas e instalaciones en Raleigh y Beijing, tendrá una capacidad de fabricación anual de 11,4 millones de unidades, ingresará anualmente alrededor de 13.000 millones de dólares y cotizará en Bolsa. La operación consistirá en el pago de 600 millones de dólares en acciones, 650 millones en metálico y 500 millones como asunción de deuda.

¿Qué sacan ambas partes con todo esto? IBM gana un portfolio de producto bastante flexible y muy centrado en el desktop para consumo y para las empresas de menor tamaño. Esto complementa muy bien la política del gigante azul en los últimos años, que le había llevado a primar el notebook (ThinkPad) y las ventas a corporación y medianas cuentas por encima de todo. “Las pautas de consumo cada vez son más cambiantes, y en los últimos tiempos los mayores crecimientos vienen del consumo”, dice Isla Ramos.
¿Quiere decir esto que IBM, a través de Lenovo, está preparando otro desembarco en consumo y en el canal retail? Pues sí. Ramos no lo disimula y confirma que a medio plazo su equipo estará vendiendo equipos en las tiendas y grandes almacenes, y que, en principio, ofrecerá la oportunidad de canalizar estas ventas a sus mayoristas actuales [Ingram, Diasa, Tech Data, ARC e Investrónica]. Además, IBM se alía a un fabricante que tendrá en 40% de su mano de obra en China, con lo que eso supone de ahorro de costes y de expansión de mercado. Por su parte, Lenovo se hace con una de las marcas más sólidas de la industria, una buena aceptación en el mercado corporativo y un buen equipo de I+D, que en los últimos años se había dedicado a desarrollar las tecnologías ThinkVantage, dirigidas sobre todo a reducir los costes de propiedad del parque informático, un argumento básico cuando se vende a la gran cuenta. Asimismo, al gigante chino se le abren de par en par las puertas de los mercados europeo y norteamericano.
Todavía no se conoce cómo afectará este acuerdo a las relaciones con su canal de distribución compuesto por más de 3.000 empresas en España, aunque, como confirma Isla Ramos, los términos y condiciones de los contratos existentes no van a cambiar. Por el momento impera la cautela. Así, Diasa ha preferido esperar a conocer más datos de boca de la propia IBM. Lo que sí asegura Ramos es que la entrada en retail y la llegada de todo el catálogo de consumo de Lenovo supondrá una oportunidad extra para el canal de la compañía, muy limitado al entorno corporativo. El máximo responsable de canal mundial de la compañía, Donn Atkins, ha comentado que confía en que las relaciones con los partners no se enfríen y que continúen siendo transparentes, ya que los ThinCentre y ThinkPad seguirán vendiéndose a través de las redes comerciales existentes. Pero muchas de estas terceras compañías ya empiezan a poner de manifiesto sus dudas al respecto y sospechan que son muchos los millones de dólares que pueden perderse en el camino. La razón de tal sensación la exponía un distribuidor norteamericano de la compañía con un buen ejemplo: “El límite de vigencia de la marca a sólo cinco años podría hacer daño a la nueva Lenovo. Un ThinkPad sin la marca IBM es como un happy meal sin McDonalds. Un ThinkPad Lenovo no tiene la misma carne que un ThinkPad IBM, así de sencillo”. Por su parte, el gigante azul que la red no apreciará cambios durante el período de transición y que, en la mayoría de los casos, los especialistas en la nueva compañía serán los mismos con los que trabaja a día de hoy. Isla Ramos, que seguirá al frente de este negocio en España, confía que al haber más productos y más segmentos de mercado a los que ir también se incremente el número de empleados, que en estos momentos es de 45. Otra de las cosas que no están claras es si el canal se puede impacientar y buscar a otros proveedores durante el largo periodo de transición. Por el momento, y para evitar suspicacias, IBM se ha apresurado a aclarar cómo va a obrar hasta la unión sea un hecho (véase cuadro adjunto).
Por otro lado, no es menos cierto el hecho de que precisamente competidores como HP o Fujitsu Siemens puede, verse afectados los bajos costes con los que trabajará IBM a partir de ahora. Analistas de Ovum afirman que a este hecho se le debe unir probadas y exitosas experiencias como la de Acer. Y es que todas estas firmas chinas han estado fabricando equipos para las principales compañías de PC y han aprendido a manejar los procesos y a competir en lo que ya es un mercado totalmente commodity. “En los próximos años vamos a ver a más fabricantes del sur de Asia atacando los mercados occidentales”, señalan fuentes de la consultora. De hecho, la propia Gartner ha manifestado en un reciente estudio que en 2007 tres de los principales productores de ordenadores abandonarán este mercado dados los bajos ratios de crecimiento a nivel mundial y la reducción de márgenes.
Primera fase

Durará seis meses, hasta el verano de 2005. Se empezarán a producir cambios en los procesos tanto en Lenovo como la división de PC de IBM, pero no será hasta el final del periodo cuando oficialmente empiece a operar la nueva sociedad.

Segunda fase

Se prolongará entre el verano de 2005 y finales de 2006. Es un periodo de transición en la que ambas partes seguirán el road map de producto fijado en la actualidad, aunque ya trabajarán juntas. En ese momento es cuando la nueva Lenovo empezará a ver cómo aprovechar la coyuntura para crecer en aquellos segmentos en los que no tenga mucha presencia. En este periodo las marcas de ThinkPad y ThinkCentre continuarán en portátiles y equipos de sobremesa.

Tercera fase

Desde 2006 a 2009. Al final de este plazo habrá una integración completa de las líneas de producto de ambas firmas. La dirección elegirá las referencias más adecuadas y en caso de solapamiento se escogerán las mejores. La marca pasará a ser Lenovo-IBM, aunque es previsible que los PC acaben llevando sólo una etiqueta de la empresa estadounidense.

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