Italia

La dispersión geográfica y el peso de la pyme favorecen la sobredistribución en este país. Italia es hoy un primera fila europeo en lo económico y lo político, aunque no en tecnología. Y es que la inversión corporativa no despierta.

Publicado el 26 May 2004

Italia es una de las grandes economías del Viejo Continente. El país transalpino, con 58 millones de habitantes y un PIB en 2003 de 1,03 billones de euros, se tutea en términos macroeconómicos con Francia o el Reino Unido. Sin embargo, la penetración de las nuevas tecnologías alejan a Italia de los primeros puestos del ránking europeo. Así, según EITO, el gasto per cápita en tecnologías de la información y comunicaciones ascendió en 2003 a 1.131 euros, mientras que en Francia situó en casi 1.500 euros, en Alemania sobrepasaba ligeramente esa cifra y en el Reino Unido se disparaba hasta los 2.027 euros [en España este gasto se quedó en 887 euros]. Asimismo, el peso de las inversiones tecnológicas en el país mediterráneo es la mitad de las británicas y las alemanas, y un 30 por ciento menos que las francesas, también según EITO. La implantación de la banda ancha también camina allí más lentamente. Las dos millones de líneas ADSL con que contaba el país en diciembre contrastan con los 4,5 de Alemania o los casi tres de los galos. Por contraste, los italianos son los europeos más proclives a usar el teléfono móvil. El pasado año había 54 millones de altas [por sólo 37 millones en Francia]. Todas estas cifras refrendan que estamos ante un país importante en lo económico, político y cultural, pero con un sector tecnológico algo enclenque.

Como el español, el tejido empresarial italiano está profundamente segmentado. Sólo 300 empresas superan la barrera de los 1.000 millones de euros de ingresos anuales. Estas corporaciones sólo representan, según la revista británica IT Europa, un 30 por ciento del gasto total en tecnología, que en 2003 cayó un 2 por ciento, hasta los 16.920 millones de euros [un tercio más que en España]. Esto tiene su reflejo en la industria tecnológica y en el canal de distribución. Según IT Europa, existen 35.000 compañías dedicadas a la informática en uno u otro sentido, lo que para algún comentarista supone “un escenario ridículo”, dado la flojera de la demanda. La gran proporción de pymes, unido a la dispersión de la población han llevado las cosas a tal extremo. No obstante, en unos momentos como los actuales, con una erosión de precios importante en casi todos los ámbitos tecnológicos y con una demanda corporativa estancada, los analistas prevén muchas compras, fusiones y cierres durante este año.
Un primer ejemplo palmario de esta sobredistribución se da en el terreno de juego de los mayoristas. De acuerdo con la publicación IT Europa, en el país transalpino compiten unas 200 compañías en pos de un trozo en el pastel de la venta indirecta, que supone casi el 30 por ciento de todas las ventas TI [unos 5.000 millones de euros, el doble aproximadamente de lo que factura el canal de distribución español]. A este panorama se une el contratiempo de que firmas como Actebis, Avnet o Brevi tienen que lidiar con canales de venta paralelos y que en ocasiones consiguen evitar el pago del IVA, sobre todo en el ámbito de los componentes. No obstante, la quiebra el pasado año de Opengate, el grupo en el que estuvo englobado durante un par de años ARC, supuso un punto y aparte para el canal italiano y dio un respiro a la competencia. Opengate era el primer mayorista del país, con un 11 por ciento del negocio PC y más de 1.000 millones de euros de facturación [el doble de lo que factura Tech Data en España]. Una buena tajada del negocio de Apple en Italia, así como largas listas de clientes de consumibles y de herramientas de Microsoft quedaron con esta quiebra sin proveedor. Esprinet, el primero de la lista ahora y que obtiene de forma electrónica un 75 por ciento de sus ingresos, ha absorbido, según IT Europa, un tercio del negocio del fenecido Opengate. Por su parte, Tech Data, Ingram Micro o Actebis también han aprovechado la oportunidad. El último capítulo de la extinción de Opengate tuvo lugar justo antes de Navidad, cuando Computer Gross, que en España participa en el mayorista de valor Compumedi y que está especializado en IBM, pagó hasta 3,3 millones de euros en efectivo por J.Soft, la división dedicada a Microsoft en Opengate.

Sin embargo, la caída de Opengate, que en el verano de 2003 acumulaba 170 millones de euros de deudas como fruto de una mala política de diversificación, también ha minado la confianza de los bancos italianos en el canal. Como en España, en el país vecino los pagos de los distribuidores se dilatan mucho en el tiempo, lo que obliga a los mayoristas a andar por la cuerda floja en este tema.

Otra de las incertidumbres que quedan por despejar es si la cadena de tiendas Tecnodiffusione, cuyos ingresos han bajado casi a la mitad en los dos últimos años y que pasa por momentos de debilidad financiera, va a poder sobrevivir por su cuenta, sobre todo cuando tiene en su terreno natural, el retail [posee los establecimientos Strabilia y Vobis], a un contrincante como CDC, segundo mayorista del país y que atiende a más de 500 tiendas.
Las pautas de comportamiento del negocio informático italiano no difieren mucho de las que marcan la evolución en España, aunque el estancamiento en el país vecino ha sido mayor. Según EITO, el pasado ejercicio la inversión cayó un 2,7 por ciento [en España remontó algo el vuelo y creció un 0,9 por ciento, según Sedisi], y para 2004 y 2005 el gasto tecnológico previsiblemente se recuperará, aunque no al mismo ritmo que en España. De la atonía inversora de la gran cuenta italiana también se ha contagiado el Estado, acuciado por el déficit público. Todo ello ha tenido como consecuencia una reducción de precios importante, lo que en muchos casos ha obligado a grandes fabricantes como HP o IBM a negociar directamente con el usuario final para ganar concursos donde competían los ensambladores locales. Y es que como reconocía una fuente a IT Europa, el sobremesa no ha dejado márgenes en los últimos dos años a nadie y los precios de portátiles y servidores han caído un 20 por ciento. Como en España, las pymes han cogido el testigo inversor de la gran cuenta. Unos 25.000 pequeños distribuidores atienden a este segmento formado por 3,5 millones de entidades y que representa un cuarto del gasto total en TI del país unos 6.300 millones de euros-. Alentados también por la bajada de precios, por la convergencia de electrónica e informática y por el boom del portátil, los hogares también han mantenido altos niveles de consumo. De esto se han aprovechado CDC, que vende a través de 550 tiendas, o las multinacionales MediaMarkt y Dixons, que venden a través de sus filiales MediaWorld y UniEuro.

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Juan Cabrera
Juan Cabrera

Juan Cabrera tiene más de 20 años de especialización en el sector tecnológico y sobre todo en el canal de distribución. También ha colaborado con otros medios y promociona siempre que puede la buena literatura, la música y la vida saludable.

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