Ayer miércoles, la OCDE se retractaba de las previsiones más optimistas que hace un mes su secretario general, Ángel Gurría, difundía en Madrid. El último informe que publica el organismo echa por tierra aquellos cálculos de Guirría, que aseguraban que la economía española no reflejaría un “deterioro significativo este año”. En realidad, el panorama es mucho más desolador de lo previsto. Nada menos que una caída del 4,2% para el 2009, los datos más pesimistas de todos los presentados por la OCDE, según publica hoy el diario El País. El dato rebasa las previsiones que el propio organismo presentaba en anterior informe semestral de noviembre, en el que se fijaba un retroceso del 0,9 y pinta un escenario aún más negativo que la última revisión a la baja que el pasado día 12 hacía el Gobierno, cuando afirmó que el descenso del PIB sería del 3,6%.
Para la OCDE las principales causas de este descenso son la falta de dinamismo de la inversión y descenso del consumo. Ambas han contribuido a disparar la tasa de paro hasta el 18%, que continuarán elevándose hasta alcanzar el 19,6% al cerrar el año.
En paralelo, el déficit público llegará al 9,6% del PIB, con un balance negativo en la balanza comercial superior al 5%. En este sentido, el organismo reclama planes de ajustes y que el Estado mantenga neutra la política presupuestaria.
A pesar de los malos augurios este 2009, el informe de la OCDE prevé el inicio de la recuperación en 2010. Para ese año, calcula que la economía española moderará su recesión hasta el 0,9% y que el desempleo se reduzca al 10%.