Por Juan Ignacio Cabrera (San Francisco, EEUU)
Al son de las canciones de siempre de Aerosmith concluyó el Oracle OpenWorldde este año. Pero más allá de la música del veterano grupo de rock (lo siento, pero no me gusta Aerosmith y por eso abandoné en cuanto pude el espectacular auditorio al aire libre que montó la organización justo bajo el Bay-Bridge), la reunión ha servido a Oracle para marcar el tono a su comunidad de socios y clientes, y por tanto a buena parte de esta industria, en los próximos años.
Lo primero que llama la atención, y que se ha visto claramente en las conferencias y por los pasillos y salas del centro de convenciones de San Francisco, es que Oracle se ha convertido, de la noche a la mañana, en una compañía de hardware. Como lo que va a misa es lo que dice (o deja de decir) Larry Ellison, a los hechos me remito. El siempre atildado CEO de la multinacional se subió al escenario el último día de OpenWorld y, como si de un product manager se tratara, intentó vendernos un maquinón de almacenamiento con tecnología Sun. Se pringó de lo lindo para hablarnos de ATA, SATA, memoria Flash, procesadores, Gigabites, redundancia, caché y no sé cuantas cosas más durante media hora. El mundo al revés, pero es lo que nos vamos a encontrar a partir de ya.
Queda por ver cómo Oracle, que con el portfolio de hardware de Sun cambia de tercio, va a redefinir su relación con Dell, HP o Fujitsu, que hasta ahora han sido íntimos aliados a la hora de llevar su base de datos a las grandes empresas. Y es que el mensaje que ha lanzado la compañía es que no hay mejor plataforma, ni más rápida, para hacer correr su tecnología que un servidor de Sun. El posicionamiento frente a IBM, a la que arrebató Sun en el último momento y que es el gran rival en el mundo de los grandes servidores, es evidente, pero también puede haber problemas con los demás.
Gustó mucho a empleados y partners la intervención de Tomas Kurian, un indio que, según cuentan, emigró a Estados Unidos a los 17 años con 400 dólares en el bolsillo (volvemos al recurrente self-made man) y que ahora es el vicepresidente corporativo encargado de decir por dónde va toda la gama de producto de la compañía, formada por varios miles de soluciones. Kurian intentó demostrar que, a pesar de la magnitud del catálogo, Oracle trabaja duro para que las distintas capas se entiendan (es lo que en la compañía se conoce como estrategia Fusion). En una reunión en petit comité Kurian presentó una especie de puzzle para dar a entender el entramado tecnológico de la compañía y en ese esquema todavía había faltaban un par de piezas. ¿Qué tiene Kurian y la dirección de Oracle en la cabeza? ¿En qué se fijarán mañana o pasado? ¿Será una firma de seguridad? ¿un proveedor de software para la gestión del almacenamiento? El bolsillo de Larry Ellison es quizá el más caliente de la industria y nadie está a salvo. Si ustedes supieran el insomnio que eso produce en los empleados que se van de la compañía y que todos los días miran las noticias porque temen un vuelta por la vía rápida de una adquisición.
Por último, ha sido una pena que haya habido tan pocos clientes y partners españoles (en realidad sólo vino a San Francisco Indra, que estuvo acompañado por media docena de cuentas locales). El recorte de presupuestos que ha traído consigo la crisis, unido a la pereza de las compañías nacionales por acudir a este tipo de eventos, están entre las razones. Para el equipo de Oracle en España es una situación frustrante, sobre todo cuando de otras latitudes (Europa del norte, por ejemplo) acuden en masa. Este año, más que nunca, convenía acercarse a la ventosa San Francisco para ver, en primera línea, como Oracle mete un volantazo y se mete en una carretera desconocida.