Según informa el periódico catalán La Vanguardia, el sector de las agencias de viajes, la mayoría de las cuales son pymes de menos de 10 empleados, afronta un brutal proceso de reestructuración que podría poner en cuestión la supervivencia del propio modelo de negocio. La crisis no distingue y está afectando tanto a las pequeñas agencias independientes como a establecimientos integrados en grandes redes, que son las que dominan el sector.
La crisis económica, que según el sector ha provocado un descenso de los ingresos que ronda el 30%, ha acelerado el proceso de reestructuración que el sector precisaba y ha multiplicado sus efectos. Tras una primera etapa de cierre de pequeñas agencias independientes, las grandes redes ya están viendo adelgazar su nómina de oficinas abiertas.
Por el contrario, las agencias on line se encuentran en una situación mucho más desahogada gracias a la implantación de un modelo basado en los precios competitivos y ya superan el 20% de la cuota de mercado. Edreams, Rumbo y Lastminute ya se han situado entre las diez primeras agencias del mercado español.
Pero el problema de las agencias tradicionales no es debido únicamente a la competencia de Internet sino también a la saturación que se ha producido en el mercado en los últimos tiempos. De acuerdo a los datos que maneja Amadeus, el sector experimentó incrementos de número de sucursales superiores al 10% entre el 2002 y el 2007, cuando el número de agencias se estancó para empezar a reducirse drásticamente en septiembre del 2008.
Según el estudio de Preferencias y hábitos de consumo del usuario de las agencias de viajes, del total de población que utiliza los servicios de las agencias, el 41,3% se ha dirigido únicamente a oficinas de agencias tradicionales o de calle, mientras que el 22,7% lo ha hecho solamente a agencias on line. El 36% de usuarios restante ha utilizado durante el último año los servicios de ambos modelos según la ocasión.