Hace apenas unos días que entró en vigor el Real Decreto 106/2008, encargado de regular los residuos que dejan las pilas y las baterías usadas de, por ejemplo, ordenadores, portátiles o teléfonos móviles. El Real Decreto busca cumplir con las directrices planteadas por la Directiva Europea de 2006 para prevenir la generación de residuos de pilas, facilitar su recogida selectiva y permitir su reciclado.
La nueva ley establece la responsabilidad del productor en la gestión final del residuo, regula los sistemas de gestión de pilas y baterías usadas y establece la prohibición de comercialización de pilas que contengan ciertas cantidades de metales pesados, como mercurio o cadmio. Además, la ley marca unos índices mínimos de recogida de estos residuos: 25% para 2011 y 45% para 2015.
En España se consumen 400 millones de pilas al año, de las cuales el 75% son reciclables. Por ello, la asociación Asimelec, por medio de su Fundación para la Gestión Medioambiental de Pilas (Ecopilas), permite hacer frente al principio de corresponsabilidad de los productores sobre la gestión de los residuos derivados de estos productos, una vez llegados al final de su vida útil. La asociación cuenta con un sistema integrado de gestión que permite a empresas y distribuidores cumplir con la directiva europea.