Las empresas españolas tienen claro que la sostenibilidad y el cuidado del entorno pasa por la tecnología. Según un informe de Seidor, el 93% de la alta dirección de las empresas este país considera que la tecnología es indispensable para impulsar su sostenibilidad y, por ende, conseguir tener un impacto positivo en la sociedad.
Esta es una de las principales conclusiones del estudio, elaborado por Alfonso Ramos, director de la unidad de transformación de Seidor, y Alberto Delgado, director de consultoría de transformación de Seidor, generado a partir de una muestra representativa de 118 entrevistas a directores generales y CEO, y a 90 CIO de empresas medianas y grandes.
El desarrollo de una actividad sostenible se ha convertido en una variable esencial en la actividad de las empresas y, en este contexto, la tecnología se va configurando como el aliado imprescindible para alcanzar este impacto positivo en el entorno.
Así, los empresarios entrevistados han manifestado que la implementación de herramientas digitales y la automatización de procesos impulsa la eficiencia energética y contribuye de forma clara a reducir las emisiones. Asimismo, el aumento de conectividad ha hecho posible que organizaciones de todo tipo estén optimizando el uso de sus recursos, debido a la extensión del teletrabajo y las reuniones digitales.
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Sostenilibidad y economía circular
En la misma línea, las opiniones de los directivos también han coincidido en señalar la importancia de la transformación digital para avanzar hacia una economía circular. Así, la tecnología posibilita un mayor y más preciso seguimiento de los productos, permitiendo una gestión óptima de la cadena de suministro, de la reutilización, el reciclaje y la remanufactura. De esta manera, gracias el factor tecnológico, se minimiza el desperdicio y se maximiza el valor de los materiales y productos, durante todo su ciclo de vida.
Ante estas conclusiones, Alfonso Ramos, de Seidor, ha afirmado que los datos arrojados por el estudio son muy reveladores, en cuanto a la relación entre la tecnología y el alcance de un impacto positivo en el entorno. En concreto, Ramos señala que “a medida que las empresas asumen mayores compromisos en sostenibilidad, sus directivos están tomando conciencia del valor la tecnología para poderlos cumplir”. De esta forma, tareas que antes parecían inasumibles o que precisaban de una importante inversión en tiempo y recursos, ahora pueden hacerse de una forma más ágil y eficiente.
La competitividad de las empresas está en juego
En el Barómetro TI de Seidor también queda reflejado el impacto de la digitalización en las estrategias de búsqueda de rentabilidad de las empresas. En concreto, ocho de cada 10 directivos aseguran que la transformación digital impulsa la competitividad ya que las nuevas herramientas digitales aceleran la comprensión del entorno, su análisis y su capacidad de repuesta. En definitiva, el factor tecnológico aumenta la capacidad de adaptación empresarial a las nuevas tendencias y demandas del mercado.
El estudio también arroja que nueve de cada 10 directivos estima que esta mayor capacidad de respuesta es determinante para sus empresas, pero también admiten que, a menudo, las organizaciones no son capaces de implementar esta tecnología en sus equipos de una forma tan efectiva como les gustaría. Por ello, se concluye que la asignatura pendiente de las compañías que ven estancada su agilidad para adaptarse al entorno es centrarse en hacer posible la adopción de nuevas tecnologías y metodologías.
En este sentido, una de las barreras que se está superando es la propia concienciación de los directivos de las empresas. Si bien sólo uno de cada cuatro de los máximos ejecutivos considera que la tecnología es clave para la transformación de sus negocios, nueve de cada 10 afirman que es muy importante.
En la misma línea, un 80% de los CEO entrevistados aseguran que la transformación de negocio con la digitalización será esencial para su compañía. De esta forma, los datos dibujan un panorama en el que, en los altos niveles de la dirección empresarial, se asume que, con las herramientas digitales de automatización de procesos y de colaboración, las compañías reducen errores, ahorran tiempo y aumentan la productividad de sus empleados, entre otros valores positivos.