El portorriqueño Brian González tomó las riendas de la oficina de ventas de Intel para España y Portugal a principios de diciembre, cubriendo el hueco dejado por Jesús Maximoff, que marchó a la sede central de la compañía en California para trabajar codo con codo con Sean Maloney, vicepresidente y director general del grupo de ventas y marketing de Intel. González, que ha recorrido medio mundo gracias a su trabajo para el programa World Ahead y que en los últimos tres ejercicios desarrolló su labor profesional en las oficinas de Intel en Amsterdam, recala ahora en un país donde le ha sorprendido “el grado de interés que muestra la gente en la tecnología y donde hay muchas oportunidades de crecer para todos”. En su presentación oficial a la prensa, González se salió poco del guión y destacó que va a haber oportunidades para los que sepan llevar la movilidad a sectores como la educación y la sanidad. También tendrán su hueco los que sepan ver que en los grandes centros de datos y computación no prima tanto el parámetro del rendimiento sino la reducción de costes y del consumo energético. González también señaló que hay un mercado por conquistar para los fabricantes locales de portátiles, que por el momento en España tienen una presencia residual. Donde González sí puede aportar su sello personal es a la hora de atender a las grandes cuentas españolas con presencia en todo el mundo, sobre todo en Latinoamérica, una zona que conoce muy bien. El directivo no oculta su pasión por el continente hispanohablante y cree que su equipo en Madrid puede aprovechar muchas sinergias creadas por la multinacional en la región.
Sobre resultados, el mutismo en Intel es absoluto. Los responsables locales de la compañía guardarán estricto silencio hasta el miércoles que viene (15 de enero), que es cuando está previsto que se haga público el balance anual. No obstante, González dice que puede ser preocupante que los asuntos macroeconómicos, como la subida de tipos de interés o los problemas del mercado hipotecario, incidan en la confianza de los consumidores. Las acciones de Intel ya sufrieron la semana pasada una caída del 14% debido a una nota del banco JP Morgan que advertía de la ralentización del ritmo de pedidos de procesadores de los principales fabricantes de PC, fundamentalmente en el mercado europeo.