La industria mundial de las tecnologías de la información previsiblemente tendrá un repunte en 2025. Según Gartner, el gasto global en tecnología se incrementará nada menos que un 9,3% con respecto a 2024, hasta alcanzar los 5,74 billones de dólares, unas cuatro veces el PIB de España de todo un año. Como telón de fondo están las altas expectativas que está generando la inteligencia artificial, que impulsará sobre todo la inversión en centros de datos. Y es que un CPD dotado con tecnología para soportar las exigentes aplicaciones de IA es mucho más caro que uno convencional.
Si se desglosa la inversión en TI por capítulos, efectivamente se comprueba que el segmento más dinámico en 2025 será el de los centros de computación. La inversión en estas instalaciones creció nada menos que un 35%, según Gartner, y lo hará un 15,5% en 2025, hasta alcanzar los 367.000 millones de dólares. En este apartado, gran parte del gasto irá a parar a servidores. El segundo segmento que más va a crecer en 2025 será el del software, que llegará a 1,23 billones de dólares de inversión, un 14% más. Otra vez, serán los proyectos relacionados con la IA los que más moverán el negocio. Las otras dos partidas importantes del gasto TI global (dispositivos y servicios informáticos) tendrán un avance en la media del mercado (un 9%), mientras que los servicios de comunicaciones lo harán la mitad (4,4%).
Más centros de datos y más caros
Un informe de Bain & Company se ha atrevido a poner cifras concretas al mercado del hardware y del software relacionado con la inteligencia artificial (IA). La consultora asegura que este negocio crecerá rápidamente hasta alcanzar entre 780.000 millones y 990.000 millones de dólares para 2027. Esta expansión será impulsada por el aumento de los centros de datos y el creciente uso de IA generativa en el ámbito empresarial.
El estudio también estima que las tareas laborales impulsadas por IA crecerán entre un 25% y un 35% anual hasta 2027, lo que generará una demanda de mayor capacidad de procesamiento de los ordenadores. Por este motivo, el coste de los centros de datos, que actualmente oscila entre 1.000 y 4.000 millones de dólares, podría aumentar significativamente en los próximos cinco años, alcanzando cifras de entre 10.000 y 25.000 millones de dólares.
El aumento esperado de la demanda de unidades de procesamiento gráfico (GPU), que son fundamentales para ejecutar las cargas de IA en los grandes centros de computación, podría, a su vez, incrementar la demanda de algunos componentes clave en un 30% o más para 2026. Si la demanda de GPU se duplicara para entonces, los proveedores tendrían que aumentar considerablemente su capacidad de producción.
Esta situación no solo generaría tensiones en las cadenas de suministro, sino que también podría desencadenar una nueva escasez de chips, similar a la crisis vivida durante la pandemia, afectando a productos como los smartphones y ordenadores. De hecho, Nvidia, la compañía que más se está beneficiando el bum de la IA (con el permiso de DeepSeek), lleva tiempo con problemas para servir los pedidos de procesadores. Y ya ha advertido de que en los próximos trimestres se mantendrán los cuellos de botella, y que también habrá escasez de su esperado sistema Blackwell.
