la crisis de los aranceles

¿Por qué la subida de precios es la opción menos mala de los fabricantes de hardware para hacer frente a los aranceles?



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Un informe de Morgan Stanley, citado por CRN.com, dice que es poco probable que el aumento de los aranceles lleve a las tecnológicas estadounidenses a abrir fábricas en su país, por los altísimos costes que tiene y los dilatados tiempos que implica

Publicado el 11 abr 2025

Juan Cabrera

Redactor Jefe de Channel Partner



Aranceles

El banco Morgan Stanley ha dicho que los aranceles generalizados del presidente Donald Trump abocan a una situación en la industria del harware en que todas las partes pierden. Así, para compañías como Apple, Dell o HP, el «aumento de los precios de sus productos podría ser el «camino más viable» para salir adelante.

La advertencia de Morgan Stanley Research llegó un día después de que Trump anunciara los llamados «aranceles recíprocos», que van del 25% al 54% para productos que salen de aproximadamente 60 países y regiones, y que, según el presidente están destinados a impulsar la economía de Estados Unidos y «proteger a los trabajadores» de este país.

No obstante, la situación cambia prácticamente cada día. Esta semana, y tras el castigo a la deuda pública estadounidense, Trump ha dado marcha atrás y ha decretado una tregua de 90 días en su guerra comercial, aunque ha dejado al margen a China, a la que ha subido los aranceles hasta el 125%.

Todos pierden en la industria del hardware con los aranceles

Pero más allá de la coyuntura y de la caída de la inversión en informática derivada de tanta incertidumbre, Morgan Stanley señala que los gigantes estadounidenses del hardware se verán probablemente forzados a subir precios, según una información de CRN.com. Esto se debe a que la naturaleza generalizada de los aranceles hace que la mayoría de sus otras herramientas de mitigación sean «ineficaces», según los analistas del banco.

Según Morgan Stanley Research, estas compañías tienen poca flexibilidad para adelantar o acumular inventario. Y diversificar cadenas de suministro lleva mucho tiempo, aunque lo están intentando, como es el ejemplo de HP, que a primeros de marzo anunció que durante este año la práctica totalidad de productos de la marca vendidos en Estados Unidos no procederán de China.

Asimismo, Morgan Stanley advierte de los efectos que los aranceles tendrán en los márgenes de los productos. Y que los fabricantes podrían redirigir sus productos a mercados no expuestos a aranceles o con tasas al comercio más bajas. Pero que esta opción dependerá de la infraestructura disponible en cada caso. Como resultado, el banco considera que las tarifas para los proveedores de hardware crean una situación en la que «todos pierden». Es una «lose-lose situation».

«El aumento de los precios es la herramienta de mitigación más probable», dice el banco, que apunta también que los aranceles abocan a un proceso inflacionario y que afectará negativamente la demanda, «dada la severidad de algunos aumentos».

Asimismo, Morgan Stanley Research pronostica que es «poco probable» que las compañías de hardware trasladen la producción a Estados Unidos, y cita como obstáculos para este proceso de repatriación de actividad industrial los costes, el tiempo y los recursos, así como la incertidumbre política.

Precios disparatados del iPhone hecho en Estados Unidos

El tener un iPhone hecho en Estados Unidos, por ejemplo, se antoja una quimera, por mucho que Trump y su equipo lo alienten. Según publica El Cofidencial, citando a Dan Ives, analista de Wedbush, un iPhone Pro fabricado en Estados Unidos tendría un coste final de hasta 3.500 dólares.

iPhone fabricado en China
iPhone fabricado en China

Por otro lado, The Wall Street Journal publicaba hace unos días que los 580 dólares que cuestan los componentes y el proceso de montaje y pruebas de un iPhone 16 Pro se convertirían en casi 1.200 dólares con unos aranceles a China del 104%, con lo que a Apple, que vende el teléfono a unos 1.100 dólares, ya no le saldría a cuenta comercializar teléfonos. Eso sin contar además los costes de publicidad, marketing y distribución.

Por eso, en un escenario de aranceles del 104% a China (y no al 145%, como dice ahora el Gobierno de Estados Unidos), Apple debería vender ese mismo iPhone 16 Pro fabricado en territorio estadounidense a 2.245 dólares si quiere mantener el margen actual de 520 dólares en el producto.

Repatriar industria para hacer frente a los aranceles es inviable

Volviendo a las valoraciones de Morgan Stanley, este banco calcula que habría que invertir «cientos de miles de millones de dólares» en poner en marcha plantas de fabricación en Estados Unidos. Eso «sin contar las disparidades salariales entre el sudeste asiático y Estados Unidos». Por ejemplo, Foxconn, socio de fabricación de Apple, gastó más de 1.500 millones de dólares en construir un complejo de fabricación en China que produce aproximadamente el 50% de los iPhones del mundo.

«Poner en marcha una planta de fabricación en los EEUU llevaría, como mínimo, nueve meses. Aunque lo más probable es que el proceso se dilatara años. Y luego está la cuestión de la mano de obra disponible en Estados Unidos», advierte el banco. La incertidumbre sobre la política de Estados Unidos también impedirá que las empresas inviertan en capacidad de fabricación nacional, según Morgan Stanley Research.

Establecer una industria en Estados Unidos supone invertir cientos de miles de millones de dólares para establecerse en EEUU. Frente a las decenas de miles de millones que, en el peor de los casos, conllevará la subida de aranceles. Por eso, para el sector tecnológico los aranceles son la opción menos mala, mantienen en Morgan Stanley.

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