Por Cristina López Albarrán. Las empresas tampoco lo dan todo en la Red, ya que, aparte de no haber tanta oferta que satisfaga la demanda, los precios competitivos los sigue marcando el canal convencional. Esta ausencia de incentivos no ayuda en nada a mejorar la situación. Sin embargo, que el B2C no alcance sus objetivos no implica que el B2B fracase, más bien lo contrario. El recelo a comprar por Internet parece que es cosa del pasado. Aparte de las pujas en eBay, cada vez más personas optan por la Red a la hora de adquirir billetes de avión, entradas para espectáculos e incluso noches de hotel. Algunos, incluso mandan la lista de la compra mensual. Y es que, según el último informe de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), correspondiente al primer trimestre de 2008, el e-commerce alcanzó un volumen de negocio de 1.192,9 millones de euros, lo que representa un incremento de más del 52,6% con respecto al mismo periodo del año anterior y con un total de 15,1 millones de operaciones. Eso significa que anualmente, el e-commerce mueve hoy más de 1.000 millones de euros. Haciendo el quebrado, quiere decir que cada español gasta alrededor de 100 euros al año en adquirir productos y servicios online. No obstante, tales resultados indican que el comercio electrónico en España está experimentando un crecimiento continuado. Sin embargo, las cifras no son tan halagüeñas si comparamos la situación con la que se vive fuera de nuestras fronteras, con un público más animado a la comercialización online, quizás influido por la mayor penetración y el menor coste de la banda ancha que se da en otros países como Reino Unido, por ejemplo. , una compañía que, entre otras cosas, cuenta con un site para la venta de informática, electrónica de consumo y telefonía, apunta en esta dirección: “En España la penetración del uso de Internet es aún más baja que en otros países, aunque está creciendo a muy buen ritmo”. No es el único que opina así, Francisco Javier García, director adjunto de planificación de programas de Red.es, sociedad estatal dirigida a impulsar la Sociedad en Red, afirma que venimos de ratios que están muy por debajo de las cifras que se manejan en el viejo continente y que todavía nos costará un poco estar al mismo nivel que el resto de países de nuestro entorno. Así, puntualiza: “Hemos conseguido mejorar las cifras de presencia en la Red, pero, aunque su uso va creciendo, todavía queda un poco para situarnos al mismo nivel que Europa”. La Administración quiere tomar cartas en el asunto con iniciativas como el programa de fomento “Ninguna empresa sin web”, donde se dedica un capítulo a hablar del comercio electrónico. Pero no sólo hay que estar “en línea” (aunque éste sea el primer paso), hay que vender a través de esta plataforma, y en este aspecto nos quedamos rezagados. Al menos esa sería la conclusión que puede sacarse del último informe de AETIC y everis sobre la implantación de las TIC en la empresa española. Según el estudio, un 39% de las entidades nacionales realizan sus adquisiciones por Internet pero tan sólo un 7,2% de las mismas se aventuran a vender a través de la Red, apenas un 0,7% más que hace 8 años. En definitiva, se compra más que se vende. Y si no se vende, ¿cómo van a comprar los usuarios? Además, la balanza comercial en este ámbito es muy negativa. De acuerdo con el análisis de la CMT del primer trimestre del año, el volumen de las compras de empresas españolas en el exterior fue de 569,1 millones de euros (un 47,7% del importe total), mientras que en sentido inverso se llegó a 180,6 millones de euros (un 15,1% del volumen de negocio total). Por otro lado, el e-commerce generado por puntos de venta virtuales dentro del país y dirigido a consumidores nacionales supuso 443,3 millones de euros, un 87,1% más que en primer trimestre de 2007. Transportes y viajes tiran No me fío Tiempo y dinero Modelo híbrido Lo que está por venir Los mayoristas están a la vanguardia Claves para una compra inteligente Factores que impiden el despegue nacional del ‘e-commerce’
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