La compañía acaba de abrir oficina en España dentro de su proceso de expansión internacional, ¿por qué ahora, por qué este momento para atacar al mercado español?
Somos una empresa que llevamos 25 años funcionando. En algunos sectores, 25 años es una startup, pero en el sector TIC 25 años parece una eternidad. Durante muchos años hemos estado trabajando muy enfocados en Reino Unido e Irlanda, pero hay ciertos cambios que están ocurriendo en los medios de pago en Europa y creemos que puede ser el momento de iniciar nuestra expansión geográfica. Es cierto que es un momento poco excitante entrar en un nuevo mercado porque la economía no está muy brillante ahora mismo en ningún sitio. Pero, en momentos de crisis hay momentos de cambio y la gente piensa que puede ser una oportunidad para mejorar la atención al cliente y mantener su fidelidad.
Aparte de España, ¿tienen previsto abrir en más países este año?
En nuestra política de expansión utilizamos 14 criterios para analizar los mercados geográficos, y una vez estudiados ha salido España y Sur de Europa como regiones muy interesantes para nosotros. Por ejemplo, en relación a las tarjetas EMV, -la tecnología chip que han acordado Europay, MasterCard y Visa para luchar contra la falsificación de los medios de pago-, que ya han empezado a salir en España, pensamos que desde enero hasta diciembre las entidades bancarias cambiarán todas las tarjetas. Europa del Sur será el primer paso pero también tenemos previsto abrir en los países nórdicos con oficina en Estocolmo.
España entonces es el centro de operaciones para la región del Sur de Europa…
Efectivamente. Nuestra idea es crear centros regionales.
Sus previsiones para este primer año de actividad en nuestro país son facturar un millón de euros, ¿qué pasos van a seguir para alcanzarlo?
Un millón de euros como mínimo es nuestro objetivo. Nuestra estrategia va enfocada a las grandes y medianas empresas con especial énfasis en los sectores de comercio, entidades financieras, transporte y comunicaciones, ocio, hostelería y energía. Obviamente, en estos sectores hay diferencias de país a país. Por ejemplo, en España la mayor parte de los terminales TPVs que están en los comercios son de entidades financieras; mientras que en Inglaterra eso pasaba hace unos años y ahora esos terminales son comprados por el comercio y se utilizan para acceder a diferentes entidades bancarias. Asimismo, esta estrategia se complementa con nuestro programa de partnerships con empresas de software, entornos de punto de venta…
¿Con qué tipo de partners mantienen alianzas?
En este programa tenemos definido tres tipos de partners: Solutions Partners con los que trabajamos con nuestras soluciones de medios de pago, programas de fidelización de clientes o de gestión de CRM que se ofrecen conjuntamente con sus aplicaciones; Alliance Partners, que son los que trabajan con los clientes los cuales nos piden el soporte de primera línea; y Affiliated Partners, que son empresas asociadas como Vodafone, IBM, SAP… donde sus soluciones son complementarias a las nuestras.
En España, ¿ya tienen acuerdos?
Sí, con Euro Refund (la empresa de Tax Free), BT y Axon.
¿Qué volumen de transacciones con tarjetas de pago esperan gestionar en nuestro país?
En los terminales punto de venta, España tiene casi un millón y medio de TPVs, esto es un 30 por ciento más de los que hay en Reino Unido que además posee más población. Pero en el volumen de transacciones que se hacen con tarjetas de pago a día de hoy, en UK son tres veces más que en España con 7,6 millones frente a los dos millones de España. Las soluciones de The Logic Group en Reino Unido están gestionando más del 35 por ciento de estas transacciones y creciendo con cerca de 1.000 empresas. Por tanto, prevemos que en España podemos llegar a tener una cuota de mercado interesante.
¿Entran en España con su oferta de soluciones y servicios al completo o irán por fases?
Básicamente vamos a entrar con nuestra gama Solve Centurion, la solución de software transaccional para la gestión de medios de pago, principalmente para el comercio; y servicios gestionados en los que tenemos ya 250 clientes muy variados, que van desde grandes bancos españoles hasta teatros, cines y pequeñas empresas. También vamos a ofrecer un paquete casi llave en mano, que son los servicios Smart TPS, una solución para tarjetas EMV que va incluida en el terminal y está más orientado a la mediana empresa.
Acaban de lanzar la nueva serie Secure Payment Solutions, ¿también la introducirán en nuestro mercado o esperarán a ver cómo funciona en otras regiones?
Dentro de esta serie hay tres ofertas: Solve Centurion, orientado a comercio; Solve Praetorian, enfocado a las entidades financieras; y Solve DataShield, que ofrece encriptación end-to-end para entornos de medios de pago, y “tokenisation” para que la gestión de los datos sea asociada a un token y no con datos reales, facilitando el cumplimiento de la norma PCI DSS.
¿Ha afectado mucho al mercado de los medios de pago las últimas normativas de protección de los datos?
Sí. Las entidades financieras llevan muchos años con el tema de las reglas, normas y están bastante mentalizadas a la hora de cumplir con ciertas normativas. Pero en el mundo del comercio, hay mucho más énfasis a normas asociadas con sanidad, alimentación pero no tanto en lo que a mover dinero se refiere. Asimismo, lo que hemos percibido en Inglaterra es que al hacer el cambio a las tarjetas EMV se ha reducido casi el 60 por cien del fraude en tarjetas de pago. No obstante, como buscan otros negocios, se ha incrementado mucho el fraude online. Es una lucha continua.
¿Qué tendencias entonces vislumbran en el mercado de los medios de pago de cara al futuro?
Las tecnologías móviles son interesantes. Algún día en lugar de llevar en el bolsillo muchas tarjetas, tan sólo llevaremos el teléfono móvil. Aunque esto llevará cierto tiempo. También veremos el paso a las tarjetas contactless para pagos rápidos y compras de valor pequeño de hasta 15 libras como el ticket para el metro, comprar el periódico… ya que permiten el pago sin pasarlas por la máquina, tan sólo con un lector de códigos. En 2010-2011 veremos un cambio importante en este tipo de tarjetas, que puede ser el primer paso al uso de los teléfonos móviles para pagar. Asimismo, se está produciendo un cambio en las actitudes de compra de la gente. Por ejemplo, yo me fío de los extractos bancarios, pero no de la factura del teléfono que miro con lupa. En cambio, los jóvenes no se fían de los bancos y en cambio sí de las operadoras como Telefónica y Vodafone, cuyas facturan pagan si mirar las llamadas.