En las últimas horas, el foco está en Supemicro Computer, fabricante de servidores, muchos de ellos optimizados para cargas de inteligencia artificial. La compañía se ha desplomado un 18% en bolsa después de anunciar que retrasará la publicación de sus resultados correspondientes al año fiscal concluído el 30 de junio.
Aunque el fabricante no ha explicado el porqué de este retraso, todo apunta a que la decisión llega tras la publicación de un informe por parte del fondo Hindenburg Research que le acusa de falsear cuentas y cometer graves irregularidades contables. La acusación ha sido tomada en serio por los mercados, toda vez que Hindenburg ha tenido razón en denuncias anteriores del estilo.
Evolución de la cotización de Supermicro en los últimos días
Hindenburg acusa a Supermicro de manipulación contable, transacciones no declaradas con stakeholders y violaciones en los controles de exportación. El documento también dice que ejecutivos de la empresa que estuvieron implicados en escándalos en el pasado han vuelto a puestos clave. Asimismo, sugiere que Supermicro ha hecho negocios por valor de 1.000 millones de dólares con empresas dirigidas por familiares del CEO. Para la elaboración del informe, Hindenburg realizó una investigación que duró tres meses y que incorporó entrevistas a exempleados y socios comerciales de Supermicro.
En su informe, el fondo bajista dice que Supermicro ha “multiplicado aproximadamente por tres” sus exportaciones de componentes de alta tecnología a Rusia desde la invasión de Ucrania, lo que aparentemente viola las prohibiciones de exportación de Estados Unidos. Hay que recordar que la sede central de Supermicro está en San José, en el Silicon Valley de California. Y que, para Europa, comercializa sus productos desde una localización en Países Bajos. Y los ingresos de la compañía en el último año fiscal registrado, el de 2023, fue de 7.200 millones de dólares.
