En la tradicional comida de Navidad de Toshiba, el director general de la compañía en España, Alberto Ruano, lanzó un mensaje de moderado optimismo. La compañía japonesa, que sobre todo vende portátiles, pero que en los últimos tiempos ha entrado fuerte en el negocio de los televisores LCD y que también mantiene una línea de componentes, espera repetir la facturación del año fiscal precedente, cifrada en 370 millones de euros. Los dos bastiones que están manteniendo la actividad de la firma siguen siendo las ventas a educación y a la administración pública, según Ruano.
El directivo se atrevió también con algún pronóstico para 2010. Así, dijo que confía en que el negocio del portátil siga creciendo porque el producto es atractivo y porque las cuotas de penetración en España todavía son bajas. Asimismo, espera que el Mundial de Fútbol de Sudáfrica, que se celebra el próximo verano, suponga un revulsivo en el mercado de los televisores.
Además, se congratuló por no haber tenido que recurrir a despidos. “Nuestra empresa está bien organizada y por eso estaba preparada para aguantar la crisis”, justificó. Sin embargo, mostró su preocupación sobre la constante caída de los precios medios de los equipos, algo que también se ha contagiado a los concursos de la iniciativa Escuela 2.0, con la que el Gobierno quiere dotar de ordenadores a 400.000 alumnos de Primaria.
Por su parte, Pablo Romero, director de marketing, no cree que 2010 vaya a ser mejor que 2009, “pero tampoco peor”. Además, sacó a colocación un dato esperanzador: el “ecosistema digital”, formado por portátiles, televisores o smartphones, entre otras cosas, pasará de mover 5.000 millones de euros este año a 9.000 millones en 2015.
