Esta unidad utiliza memoria de tipo MLC, como la mayoría de discos de la competencia. En la parte positiva de la balanza tenemos un precio más ajustado que unidades como las de Intel. En la parte negativa, nos encontramos con unas prestaciones que, aunque bastante mejores que las de la mayoría de las unidades magnéticas, distan bastante de las unidades más rápidas de Intel. Y eso que aquí sí que contamos con SATA-II. Además, nos parecen exagerados los tiempos medios de acceso para escritura.
Por último, la carcasa externa es íntegramente de plástico, algo que no es vital en términos de disipación térmica, pero que choca en un dispositivo de más de 300 euros.
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